A inicios de semana arrancaron las campañas electorales en tres de las entidades con elecciones locales en 2017 –Coahuila, Estado de México y Nayarit– en las que estará en juego, además de otros cargos, la gubernatura del estado. La única excepción es Veracruz, cuyas campañas darán inicio hasta mayo próximo. Llama la atención esta última entidad, la cual ha estado en proceso electoral de forma ininterrumpida desde hace tres años, al haber realizado en 2015 la elección federal, en 2016 la elección de gobernador y del congreso local, y este año la elección únicamente de alcaldías.
En estas cuatro entidades, el próximo 4 de junio se elegirán 3 gubernaturas, 34 diputaciones de mayoría relativa, 21 diputaciones de representación proporcional, 270 alcaldías, 138 regidurías de mayoría relativa y 56 más de representación proporcional, para un total de 522 cargos de elección popular. Cabe resaltar que en estos cuatro estados se concentra una cuarta parte del padrón electoral –cerca de veinte millones de ciudadanos, de los cuales más de la mitad se encuentran en territorio mexiquense–, que también será llamado a las urnas en 2018.
Sin embargo, la joya de la corona es el Estado de México –gobernado por el PRI de forma ininterrumpida desde hace casi noventa años–, lo cual se ve reflejado en la cantidad de recursos económicos, materiales y humanos destinados a dicho proceso electoral. Y no es para menos que todos los partidos grandes le estén apostando el todo por el todo a esta elección, pues al ser la entidad con mayor presupuesto y mayor población en todo el país, el estado natal del actual presidente, y el bastión por excelencia del priismo, el Estado de México representa un buen termómetro y la antesala de lo que podría suceder en la elección presidencial del próximo año.
Cabe resaltar que en septiembre de este año, dará inicio el Proceso Electoral Federal 2017-2018, el cual implicará la titánica tarea de organizar la elección presidencial y de ambas Cámaras del Congreso de la Unión de forma concurrente con elecciones locales en treinta entidades del país, en donde además de las anteriores, estarán en juego 9 gubernaturas y más de 2,600 cargos de elección popular a nivel local. El tamaño de esta elección no tiene precedentes en la historia electoral de nuestro país y sin duda alguna pondrá a prueba toda la maquinaria electoral y la experiencia adquirida por el Instituto Nacional Electoral, tras la más reciente reforma político-electoral de 2014.
Las expectativas en la jornada electoral del próximo 4 de junio son demasiado altas, pues mucho de lo que hagan los partidos este año, determinará sus posibilidades de éxito en la contienda de 2018.
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