Esperar

Nadar en circuito es un acto de civilidad o una evidencia de la incapacidad de una persona para adaptarse a un grupo. Circuito quiere decir que más de 3 personas compartirán un carril, por lo que tendrán que nadar por la mitad derecha y regresar por la mitad izquierda. A veces los compañeros no serán tan rápidos o estarán haciendo una rutina que incluye descansos o nado suave. Lo ideal sería que el circuito solo se hiciera entre nadadores del mismo nivel pero eso a veces no es posible. En general la gente respeta las reglas y es posible que naden al mismo tiempo hasta 5 personas, siempre que guarden su distancia y se fijen en quién va adelante o quién viene detrás.

En el circuito son muy visibles las personas que no advierten la existencia de otros en su camino y que nadan como si estuvieran solos: nadan y rebasan a 1 mm de tu cara, dándote a veces un golpe con sus pies, manos, aletas o paletas. No bajan la velocidad ni esperan ni un segundo a que tú te adelantes; parecen estar en un entrenamiento muy serio rumbo a alguna competencia mundial pero la realidad es que nadan ligeramente más rápido que tú o incluso más lento pero ni siquiera lo notan.

Hoy compartí mi carril con una nadadora de las que viven en un mundo en el que los otros son objetos que estorban y no sujetos dignos de respeto. Nadaba junto a mí y no atrás o adelante de mí. Cuando paré a descansar, me pegó con sus paletas y en lugar de disculparse me dijo: No te preocupes. Yo le dije que no me preocupaba porque la que me había pegado era ella, que tenía que esperar un poco para salir si es que yo era demasiado lenta para su nivel. Entonces pensé en momentos de nuestra vida social, en los que somos incapaces de esperar y queremos pasar primero. La gente en el Metro empuja en lugar de dejar salir. También en el Metro y para subir escaleras, las personas se empujan porque quieren el escalón de arriba aunque tengan que arrollarte para conseguirlo. Los conductores se quedan a la mitad de una intersección porque no pueden esperar hasta estar seguros de que el tráfico avanza y que lograrán cruzar con el verde y no estorbar. Muchos accidentes son consecuencia de que un auto o un camión no pudo esperar en la preventiva y decidió acelerar. Algunos quisieran embestir a los ciclistas que se pasaron una preventiva. Los ciclistas casi arrollan a los corredores durante el paseo dominical por Reforma porque no pueden esperar un poco a que se orillen a la derecha.

Está bien quejarse y denunciar todas las cosas espantosas que pasan en el país. Jamás he pensado que ser buen ciudadano pase por callarse la boca, pero también es importante y suma, tener una actitud más pacífica y amable hacia las personas que se cruzan por nuestro camino.

*Vale Villa es psicoterapeuta sistémica y narrativa desde hace 15 años. Este es un espacio para la reflexión de la vida emocional y sus desafíos.

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