Lo que sucedió la semana pasada en Malta, país europeo al sur de Italia, es una prueba de que en Europa los periodistas críticos que destapan casos de corrupción que implican a políticos y empresarios también están en riesgo, como ocurre en México.
El caso de la periodista maltesa y su investigación sobre los Papeles de Panamá y su relación con figuras importantes de su gobierno, es un ejemplo más de cómo la realidad sobrepasa la ficción y cualquier guión sobre la mafia se queda corto.
Daphne Caruana se volvió una periodista incómoda para el gobierno del primer ministro maltés Joseph Muscat y muchos otros líderes políticos que vieron en el trabajo de la reportera una amenaza constante por la investigación que logró sacar a la luz la relación del primer ministro, su esposa y miembros cercanos de su gabinete con paraísos fiscales, gracias a la mayor filtración de información sustraída de los Papeles de Panamá.
La pesquisa de la periodista maltesa también destapó casos de corrupción de la oposición y otros trabajos que afectaban a mafias tan poderosas como las italianas y las del este de Europa. Una larga lista de enemigos que puso en riesgo la vida de la periodista quien dos semanas antes de su muerte había denunciado a la policía de su país de amenazas de muerte anónimas en su contra. Uno de los principales problemas que viven todos los días los comunicadores incómodos para el poder en cualquier parte del mundo.
El reconocimiento de la élite periodística y el desafío al poder criminal la hicieron una persona muy reconocida en su gremio, pero se convirtió en una piedra en el zapato de muchos políticos y mafiosos (si es que se pueden separar estos dos conceptos).
Curuana fue asesinada con una bomba colocada en un automóvil que ella había alquilado. Minutos antes del cobarde atentado que terminó con su vida, Daphne escribió: "Hay delincuentes dondequiera que mires, la situación es desesperada", como un aviso de lo que pasaría minutos después.
El hijo de la periodista calificó al país de Malta como un Estado mafioso, después de lo sucedido con su madre. Familiares de la periodista acusan al gobierno de ser cómplices de este hecho atroz en contra de la libertad de expresión y más importante, en contra de la vida de una mujer valiente que luchó hasta el final en contra de las injusticias de los ricos y poderosos. Una historia que ha conmocionado a la comunidad europea que exige el esclarecimiento de este asesinato y que lamentablemente se repite en otras partes del mundo como en nuestro país, donde las desapariciones y asesinatos de periodistas quedan impunes y sólo en lo que va del año ya suman 10.