Estimado Gerardo:
Te conozco como hombre público y no te conozco personalmente.
Siempre me ha llamado mucho la atención tu personalidad. Una personalidad que yo definiría como una personalidad circense.
Circense por las payasadas que dices, las marometas de trapecista que te echas desde las alturas y también como un gran domador de las masas menos afortunadas.
Eres un gran hipnotista y un gran mago.
Hipnotista porque estas masas marginadas te siguen con los ojos cerrados y domador porque agarras a latigazos a los periodistas y políticos que no coinciden contigo.
También te veo como un gran encantador de serpientes, porque serpientes como los amigos y colaboradores de Andrés te siguen encantados de la vida por donde vayas.
También te reconozco como un gran engañabobos.
Y dentro de esa lista, inclúyeme.
Porque te juro que hay días que hasta creo que pudieras ser inteligente.
Dije días, no siempre.
Pero en fin, mi estimado Gerardo, el objetivo de mi carta semanal no es analizarte sino comentar tu último viaje a Caracas, la semana pasada.
Viaje en el que fuiste a honrar el quinto aniversario del fallecimiento del paladín de la democracia, Su Santidad Hugo Chávez.
A mí no me importa que hayas ido o no. Es más, me vale madres. Como tampoco me sorprenden tus declaraciones a tu regreso.
Declaraciones como “los que sostienen que hay una crisis en Venezuela son unos farsantes... unos miserables”.
Otra: “lo que sostiene la economía venezolana es una nueva vía: la del Petro, criptomoneda”. Y así puedo mencionar otras barbaridades que me dieron mucha risa.
Una muy simpática es “la enorme democracia que se vive en Venezuela”.
“La oposición tiene una libertad absoluta de competir”. En fin, Gerardo, una serie de idioteces que no se pueden creer que vienen de alguna persona medio inteligente como tú.
¡Y antes que se me olvide! En relación a tu candidatura independiente de la izquierda, dijiste algo genial que le quiero compartir a mis lectores:
“Llevo siete años sin partido y decidí irme como candidato independiente; sin embargo, decidí no ir para apoyar a mi gran amigo Andrés Manuel”.
“Y por renunciar a esta aspiración, mi líder espiritual me va a hacer diputado”.
¡¡¡Wowww Gerardo!!! ¡¡¡Me conmoviste mucho!!!
Sin duda, eres ¡¡un tipazo!!
Para terminar mi carta, te haré unos comentarios de lo que opino de ti:
Eres un izquierdista que se quedó clavado en el siglo veinte. Eres un ignorante de la realidad de nuestro país. Quieres regalarle todo el pescado al pueblo marginado, en lugar de enseñarles a pescar. Menosprecias a las clases medias. Odias la democracia. Y tienes la enorme ambición de llegar al poder para vengarte de esa clase media.
Serías un ser humano muy feliz si México termina en el comunismo.
Y por último: Odias a México.
Eres de dar pena.