Colapso del Monumento a la Madre

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“Muchas maravillas hay en el universo;

pero la obra maestra de la creación

es el corazón materno”

Ernest Bersot

Uno de los inmuebles gravemente dañados por el terremoto del año pasado y que tiene un valor incuestionable para la comunidad es el Monumento a la Madre.  El concepto en el que se basa la composición de esta obra conmemorativa se debe al amplio conocimiento de sus autores, José Villagrán García y Luis Ortiz Monasterio, respecto al significado cultural que tiene la figura materna para el pueblo mexicano.

Así, el monumento fue concebido como un altar, con el objetivo de que los ciudadanos tuvieran un lugar digno para honrar a las madres. La composición arquitectónica del conjunto es lineal, con una plataforma alargada, un muro curvo de respaldo y tres esculturas, de las cuales, la central es la más alta y consiste en una mujer de pie, con un bebé en los brazos; y las de los extremos que son de menores dimensiones. La figura principal del conjunto se estructuró con una columna interior de concreto armado a todo lo largo y se construyó a base de diez voluminosos anillos de cantera sobrepuestos, formados por cuatro piezas de aproximadamente 600 kilos cada una.

La más grave afectación del inmueble fue ocasionada por la falla de la columna interior de concreto armado, de la gran escultura de la madre, con más de 25 toneladas de peso. Esta columna escasa en dimensionamiento, y con acero de refuerzo insuficiente, no tuvo la capacidad de resistir el violento empuje horizontal del sismo que proyectó a la escultura de la madre hacia delante, cayendo ésta sobre el bebé que llevaba en los brazos, quebrándolo en miles de pedazos. Se ha trabajado intensamente, primero, atendiendo la emergencia, y en una etapa subsecuente, elaborando el proyecto ejecutivo de restauración. Por este motivo, para el proyecto de reestructuración se hicieron los cálculos necesarios, con el rigor que impone la normatividad actual, aumentándo la sección de la columna central de concreto armado, reposicionándola adecuadamente y utilizando como refuerzo una vigueta de acero con peralte conforme al cálculo respectivo.

Los anillos de cantera de la escultura principal también sufrieron daños, desde fisuras, pérdida de material y piezas faltantes. Se han tenido que inyectar las cuarteaduras, resanar los despostillamientos, realizar injertos necesarios y reponer elementos de cantera, aunque siempre con el cuidado de conservar la mayor parte de los componentes originales de la escultura y de respetar al máximo a los autores de la obra, no modificando su composición.

Ha sido largo el proceso de restauración del monumento, pero basta con observar la devoción con la que el pueblo expresa sus sentidos pensamientos hacia lo que llama “la grandeza maternal”, para redoblar esfuerzos para su pronta conclusión. Sumado a la devoción por la madre, al contemplar el monumento en su honor, surge en los mexicanos el orgullo por el talento de sus creadores y su intención de encontrar una expresión artística que refleje la grandeza de su pasado, al tiempo que plantea la gloria de su futuro.

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