El anuncio de Fernando Mercado, delegado en Magdalena Contreras, de que su voto irá para Claudia Sheinbaum, es una pésima señal para el PRI; pero quizás lo sea peor para el Frente. Porque las declaraciones del priista no son a título personal; en realidad está hablando por el grupo político de Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre.
Hace poco más de un mes, en este espacio advertí que era de suma importancia llegar a un acuerdo político con Gutiérrez de la Torre. Porque guste o no, tiene la suficiente fuerza como para que los puntos que guarda en sus bolsillos hagan la diferencia en una elección cerrada. Ahora se ve con claridad que el PRI de la ciudad está peor que nunca y que en el Frente se están durmiendo en sus laureles.
El tricolor está en ruinas y esto que ocurre es producto de la negligencia del CEN de ese partido y del desprecio que siempre han sentido hacia el priismo capitalino. No sé qué tanta responsabilidad recaiga en el delegado especial; alguna deberá tener, pero sin miedo a equivocarme, puedo afirmar que esto es probablemente el golpe más duro que le hayan propinando a ese instituto.
Si algo debían cuidar, era que no se reventara ese cascarón vacío que sobrevive de milagro en Puente de Alvarado. Pero, pues ahí está; voltearon bandera no sin antes haber amarrado algunas candidaturas. ¿Acaso alguien los buscó? No lo sé en este momento, ya averiguaré, pero lo que es un hecho, es que los de Morena les llegaron al precio.
Rendir la plaza de esa manera es de un simbolismo brutal, que no debe pasar inadvertido. Pero es tal la debilidad del PRI-CDMX, que ni siquiera pienso que puedan expulsarlo de sus filas; no les queda aliento ni para el decoro. Y no importa si en el pasado, los llamados “rojos” habían actuado de forma similar; el punto es que hoy, precisamente ante una elección como la que vivimos, eso no debía ocurrir.
En la víspera del tercer y último debate entre los contendientes no sabría interpretar si la alianza de Sheinbaum con Cuauhtémoc Gutiérrez es una señal de debilidad o de fortaleza. Si bien pudiera estar desesperada, sintiendo una posible derrota, y por ello busca sumar lo que sea; o bien, que tenga una muy sólida ventaja y que eso haya despertado el sentido de conveniencia y oportunidad de los Rojos, quienes la habrían buscado.
He visto campañas malas, pero pocas como ésta. Y no me refiero nada más a las de la capital. En cualquier lugar a donde viajo por el país veo lo mismo. Nada de presencia de los candidatos, excepto de los de Morena. Yo creo que pensaron que esto se resolvía en Twitter y yendo a debates en los noticieros de la mañana.
En conclusión: si como se ven las cosas no ocurre un milagro y todos los que nos ubicamos del centro hacia la derecha votamos masivamente por quien vaya segundo, inevitablemente ganará quien operó sin descanso, contando además con las torpezas de sus contrincantes.