¿Y los murales?

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Muchas veces nos radicalizamos por el más mínimo indicio de que se está “atentando” en contra de la integridad de nuestro patrimonio cultural. Verdaderamente nos enrollamos en la bandera nacional, hacemos plantones, marchas, pegamos carteles y colgamos mantas alusivas, porque resulta que van a hacer un concierto en un sitio histórico, o un espectáculo de luz y sonido en una zona arqueológica.

Ahora, me pregunto, ¿en dónde están todos esos aguerridos defensores patrimoniales que se rasgan las vestiduras a la menor provocación, cuando hoy existe un riesgo real y tangible de que se pierda uno de los más valiosos conjuntos arquitectónicos de integración plástica que nos legó el siglo XX?  Éste es el soberbio conjunto de edificios del anteriormente conocido como Centro SCOP, con murales y esculturas espléndidas, que en su unidad representan un discurso histórico que recorre las varias gestas, que desde la época más remota han forjado a nuestra nación.

Insisto, se nos ha informado que hay un dictamen que recomienda la demolición del grupo de edificios, por los daños que le causó el sismo del año pasado. Habría que saber, quién realizó el estudio y en qué conceptos fundamenta sus recomendaciones. ¿El peritaje concluye que no se puede restaurar, o bien, que cuesta más dinero recuperar el conjunto que lo que el gobierno federal está dispuesto a gastar? Si éste el caso, habría que conocer la valuación realizada y cuáles fueron sus consideraciones con respecto al inmenso valor del patrimonio cultural que representa el conjunto, con sus 6,000 m2 de murales artísticos de magnífica factura.

El Centro SCOP consta de tres cuerpos de los cuales el primero tiene los murales de José Chávez Morado: Los Aztecas, Conquista y libertad, Los Mayas y Cuatro siglos de Comunicaciones. El segundo cuerpo contiene murales de Juan O’Gorman: Los libertadores, Independencia y Progreso y Canto a la Patria. Asimismo, se ubican dos altorrelieves escultóricos de Francisco Zúñiga. El tercer cuerpo también tiene obras de gran calidad por diversos artistas que no mencionamos por falta de espacio.

Estamos cerrando un ciclo político y avanzamos a un cambio incierto que todos esperamos sea para el bien de México. Algunos creemos que es propicio aprovechar la coyuntura para darle a la educación y a la cultura un lugar encumbrado en la lista de prioridades del nuevo gobierno. El tema del Centro SCOP, en el que se pretende disgregar sus componentes artísticos y con esto perder la coherencia de su carácter testimonial, es sólo uno de los muchos casos, en los cuales, para tomar decisiones habrá que darle a la rentabilidad cultural el peso que se merece.

Ing. Javier Jiménez Espriú, con todo respeto, porque conozco su trayectoria y sé que es un hombre culto, a nombre de muchos mexicanos le solicito que revise el caso antes de que se cometa un error irreversible.

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