Amiún Líbano, 1975, Nassim (15 años) debe abandonar el Liceo Franco-Libanés para seguir sus estudios en el sótano de su casa, la causa es que se ha desencadenado la Guerra Civil Libanesa y su familia, que es prominente se debe proteger. Poseen el palacio de la familia Taleb que data de 1860 y sus padres son científicos. Es hijo del doctor Najib Taleb, oncólogo e investigador en el campo de la antropología, y de Minerva Ghosn, ortodoxos griegos libaneses con ciudadanía francesa.
Nassim emigra a París donde estudia matemática financiera, sigue sus estudios en la Universidad de Wharton en EU, donde consigue un master en administración de empresas. Es políglota, habla inglés, francés, árabe, italiano, español y lee textos clásicos en griego, latín, arameo y hebreo antiguo. Trabajó 18 años en firmas como UBS, CS-First Boston, y cuando reunió el dinero suficiente se dedicó a la filosofía, a leer, pensar y escribir. En la actualidad es profesor del Instituto Politécnico de la Universidad de Nueva York y de la Universidad de Oxford, trabaja como asesor del Fondo Monetario Internacional y escribe libros con el desarrollo de sus teorías.
Se considera un “Empirista Escéptico” seguidor de la línea de los filósofos Pierre Bayle, Montaigne y David Hume.
En 2008 desarrolló la Teoría del Cisne Negro o Teoría de los Sucesos que es una metáfora que encierra el concepto de que cuando ocurre es una sorpresa (para el observador) y tiene un gran impacto, de tal forma que es racionalizado por retrospección. Taleb se refiere a los grandes descubrimientos científicos (Internet, computadora personal), a hechos históricos: sucesos como la Primera Guerra Mundial, los ataques del 11 de septiembre y los desastres que inevitablemente provoca la fuerza de la naturaleza. Usa el término “Cisne Negro” haciendo referencia a la expresión latina: “un ave rara en la Tierra parecida a un cisne negro”. Cuando lo acuñó se asumía que nunca existió. La importancia del símil radica en su analogía con la fragilidad de cualquier sistema de pensamiento.
En 2012 escribió Antifrágil: las cosas que se benefician del desorden: refiriéndose a algunas cosas o personas que se benefician de los eventos inesperados y se desenvuelven mejor cuando son expuestas a la volatilidad, al desorden, a los estresores, a las aventuras amorosas y al riesgo. Como no existe una palabra exacta para ubicar este fenómeno son lo opuesto exacto a ser frágiles y Taleb crea el concepto de Antifragilidad que va más allá de resiliencia o de fortaleza. La resiliencia consiste en resistir los cambios y permanecer de la misma manera. La Antifragilidad hace que las cosas o las personas se vuelvan mejores. Esta propiedad se puede encontrar en cualquier concepto que puede cambiar con el tiempo: evolución, cultura, ideas, revolución, sistemas políticos, innovaciones tecnológicas, éxitos culturales o económicos, surgimiento de ciudades, sistemas legales, resistencia bacteriana o incluso nuestra propia existencia como especie para sobrevivir los cambios en el planeta.
La antifragilidad tiene una propiedad singular que es permitirnos lidiar con lo desconocido, hacer acciones sin entenderlas pero hacerlas bien. Taleb enfatiza: “somos mejores a la acción que al pensamiento gracias a la antifragilidad que permite enfrentarnos a los Cisnes Negros, que por su sorpresa y originalidad es imposible calcular sus riesgos y sus consecuencias y necesitan de nuestra acción inmediata.
En sus palabras: “me pregunto si aquellos que defienden la generosidad por sus recompensas, son conscientes de su inconsistencia, o si aquello que llaman generosidad es una atractiva estrategia de inversión”.
NOTA: Este espacio hace una pausa por vacaciones y está de regreso el próximo 5 de agosto.
*Ésta es una versión actualizada de la columna publicada el 25 de sep. de 2017.