Aunque es muy complicado predecir una crisis económica, expertos alertan de una posible recesión que podría desatarse en países tan poderosos como Alemania, Reino Unido o Estados Unidos.
Las tensiones económicas y políticas y la falta de crecimiento industrial en Europa son los indicadores que pintan un panorama de estancamiento que podría llevar al viejo continente a una nueva etapa de crisis económica, después de casi 11 años de palear los efectos de la “Gran recesión”, originada en Estados Unidos, que paralizó al mundo y puso de cabeza a las economías europeas.
No sólo en México se ha visto un crecimiento económico mínimo, como lo reconoció en su primer informe de gobierno el presidente Andrés Manuel Lopez Obrador. AMLO aceptó que la economía mexicana está creciendo poco, pero negó que hubiera espacio a una recesión como se teme del otro lado del mundo.
Lo que es para considerarse, es que cada vez son más los economistas que alertan de una crisis económica mundial, sobre todo por la llegada de la administración de Donald Trump, que aumenta las tensiones políticas y económicas con cada declaración y acción irracional de este mandatario salido del mundo de los negocios y la televisión. La guerra comercial entre Estados Unidos y China es la bomba de tiempo que podría desatar una recesión que afectaría otras partes del mundo.
En Europa también se viven tensiones que podrían desencadenar una crisis económica, como la salida de Inglaterra de la Unión Europea por medio del Brexit, las tensiones actuales de Francia con el gobierno de Brasil, en medio de un acuerdo para renovar el Mercosur, que se mantiene bloqueado, y la caída de exportaciones y crecimiento económico de tres de los países más importantes del bloque europeo, entre los que se encuentra Alemania y Reino Unido. Lo que sí es posible prever es que si un país tan importante como Alemania cae en recesión, se convertiría en el hoyo negro que llevaría al resto de las naciones a una crisis económica de impacto mundial.
La obstinada postura de Trump, de enfrentarse con una gran potencia económica como lo es China, puede ser el detonante para que explote una crisis mundial, en donde México enfrenta otros problemas además del económico, como son la inseguridad, la corrupción, la violencia y un sistema político que, por lo pronto, el presidente Lopez Obrador está intentando quebrar para dar paso a una nueva forma de gobernar.