El pasado 8 de octubre, el Foro Económico Mundial (WEF) publicó el Reporte de Competitividad Global 2019, en el que se analizan y ordenan 141 economías —99 por ciento de la economía mundial—, de acuerdo al Índice de Competitividad Global (GCI). El objetivo del índice es evaluar qué tan cerca está cada una de esas 141 economías de eliminar las barreras que interrumpen el crecimiento de la productividad —o, dicho de otra manera, qué tan cerca se encuentran de alcanzar la plena competitividad—.
Índice de Competitividad Global (GCI). El GCI otorga a cada una de las 141 economías un “puntaje” entre cero y 100, donde 100 es un estado ideal, en el que se han logrado eliminar todas las barreras que interrumpen el crecimiento de la productividad. El GCI se compone de 103 indicadores que quedan organizados en 12 “pilares” o aspectos generales de la economía: Instituciones, Infraestructura, Adopción de Tecnologías de Información y Comunicación, Estabilidad Macroeconómica, Salud, Habilidades (capital humano), Mercado de Productos, Mercado Laboral, Sistema Financiero, Tamaño del Mercado, Dinamismo Empresarial y Capacidad de Innovación. Así, además de saber cuál es el puntaje general de una economía, se puede conocer cuáles son sus principales fortalezas y debilidades.
México. Mejoró tres décimas su puntuación respecto a 2018 —de 64.6 a 64.9—, pero cayó dos lugares en la lista —de ser el país 46, a ser el 48—, lo cual significa que hay otros países mejorando más rápido. Su puntuación está por encima del promedio mundial (60.7) y es el segundo país mejor posicionado de Latinoamérica, después de Chile (70.5 puntos, lugar 33).
Los dos pilares destacables para México son Estabilidad Macroeconómica (98 puntos, lugar 41, porque hay 33 países empatados con 100 puntos) y Tamaño del Mercado (81 puntos, lugar 11). En ningún pilar estamos entre los mejores 10 países y en 11 de 12 pilares estamos por debajo de los mejores 40 países. El peor pilar es el de Instituciones (48.3 puntos, lugar 98), que mide homicidios, violencia, crimen organizado, efectividad policial, independencia del Poder Judicial, entre muchas otras.
Conclusiones. Ahora que está de moda afirmar que todo lo pasado estuvo mal, vale la pena recordar que México está por encima de la media mundial en el GCI y es el segundo país mejor posicionado de Latinoamérica. Y ahora que está de moda pensar que viene un cambio en grande, vale la pena notar que el GCI nos cuenta una historia que los mexicanos ya nos sabemos: la debilidad de nuestras instituciones de seguridad y justicia nos cuesta riqueza, productividad y bienestar (sin mencionar, por supuesto, el invaluable costo en vidas humanas).