Omnipresentes

Foto: larazondemexico

Existen dos instituciones muy queridas por las familias mexicanas: la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Secretaría de Marina (Semar). Ambas, dependencias de excelencia entre las instituciones mexicanas, realizan un gran número de tareas para brindar bienestar a la ciudadanía, a lo largo y ancho del territorio nacional.

En 1966, en el golfo de México, el huracán Inés azotó las costas de Tamaulipas, el día 9 de octubre, con vientos cercanos a los 200 kilómetros por hora. Se esperaba que golpeara Matamoros, pero súbitamente cambió su trayectoria impactando Tampico, que vio a su Centro Histórico completamente inundado. Se habla de la destrucción de miles de hogares y un centenar de personas muertas, únicamente en ese estado.

Dentro del saldo de Inés, se encuentra la aparición del hoy casi omnipresente Plan DN-III-E de la Secretaría de la Defensa Nacional. A partir de ese día, el brazalete amarillo que portan sus efectivos desplegados en el territorio se ha vuelto una constante, que lo mismo está presente en la remoción de escombros por un sismo de gran magnitud, que cargando familias enteras sobre sus hombros, a través de una región inundada; o paleando lodo de las viviendas de las comunidades más necesitadas del país después del paso de una tormenta.

Justamente en la otra costa, la del océano Pacífico, aproximadamente siete años antes, la casaca azul característica del Plan Marina apareció por primera vez. Fue en el puerto de Manzanillo, en el estado de Colima, donde los efectivos de esta dependencia auxiliaron a la población en emergencia y desastre, víctimas de un fenómeno natural. Después de ello, incontables apariciones de nuestros hermanos marinos en diversos escenarios de dolor se han presentado, sin regateo alguno, privilegiando en todo momento la vida y la seguridad de las familias mexicanas, adjudicando, gracias a su operatividad y constancia, la etiqueta de omnipresente al querido Plan Marina.

Son la Sedena y la Semar dos grandes pilares en los que descansan un sinnúmero de responsabilidades de la vida nacional. Son el Plan DN-III-E y el Plan Marina, dos extraordinarios mecanismos, reconocidos internacionalmente, por su gran capacidad de respuesta y eficacia en escenarios de emergencia y desastre.

Sin embargo, lo más importante de estas dos instituciones y de estos dos planes radica en el gran valor, profesionalismo y vocación de servicio de las mujeres y hombres que los integran. La valía de las instituciones se encuentra en la calidad de los recursos humanos que las componen; en este caso, los mejores a toda prueba. ¿Quiénes son? Mujeres y hombres que con base en disciplina y sacrificio han transitado por un proceso intenso y complejo al interior de la institución, que los ha forjado como profesionales, con profundo amor y lealtad a México.

Ellas y ellos, enfundados en sus impecables uniformes, se encuentran prestos a auxiliar a nuestras familias con el amor y el arrojo con el que atenderían a la propia. Desde este espacio, en momentos en que su esfuerzo cobra aún mayor valor, envío mi más profundo reconocimiento y agradecimiento a los integrantes de la Sedena y la Semar, que arriesgan su vida para tomar la nuestra entre sus manos.

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