Jesusa, contra la ganadería mexicana

5ece21cc50adb.jpeg
larazondemexico

En respuesta a Jesusa Rodríguez Ramírez, del grupo parlamentario de Morena, por sus declaraciones en la tribuna del Senado mexicano, que ayer fueron dadas a conocer.

Señora senadora Rodríguez:

Normalmente no le doy importancia a declaraciones equivocadas o sesgadas sobre asuntos de ganadería, porque hay tanta desinformación y mala fe sobre el tema, que sería imposible tratar de convencer a quienes aseguran tener la razón y verdad sobre el consumo de carne y los efectos que causa el ganado al medio ambiente.

Por otro lado, esperaría que nuestras asociaciones dedicaran algo de su tiempo para atender posicionamientos como el que usted sostuvo en la tribuna del Senado, pero sabiendo que no es de su interés y aprovechando que hoy es un día flojo en el rancho, aprovecho para decirle que no estoy de acuerdo con usted por las siguientes razones:

Usted es senadora de la república, no es nutrióloga, usted no puede, no le corresponde subir al estrado del Senado para pedir que sus compañeros se vuelvan veganos y que la Secretarías de Salud y Medio Ambiente difundan entre la población su ignorancia y miedos, a usted la contrataron algunos mexicanos para que legislara, no para otra cosa, usted debe dedicarse a reformar la Constitución en asuntos legislativos, electorales, judiciales y hasta administrativos.

No le estamos pagando para hablar mal de una actividad productiva de la que dependen millones de mexicanos ni para decirnos qué debemos comer, según su entender.

Son tan disparatadas sus aseveraciones que me tomaría mucho espacio refutarlas, una por una. Sobran argumentos para hacerlo, sólo quiero aclararle algunas cosas para que no siga pasando penas:

Primero, el estudio de la ONU al que según dice, fue firmado por 107 científicos de todo el mundo expertos en el cambio climático y que culpan al ganado por buena parte de ese fenómeno ha sido enmendado por la sencilla razón de que estuvo sesgado desde un principio y no se midieron los contaminantes de las industrias aéreas, automotrices y eléctricas bajo los mismos parámetros con los que se midió a la industria ganadera, de ahí que han tenido que recular, ofrecer disculpas y quedarse callados.

Para rematar la idea, el ganado sólo es responsable de 2% de las emisiones de metano que contribuyen al efecto invernadero.

Segundo, la carne, distinguida senadora, es la responsable de que caminemos erguidos el día de hoy, es el mejor alimento del mundo junto con la leche y el huevo y no lo digo yo, lo resaltan cualquier cantidad de estudios serios que vienen de prestigiadas universidades, para no ir más lejos, la UNAM tiene estudios que demuestran que niños, hijos de madres veganas, tienen serios problemas de salud.

Tercero y último para no alargarme, le sugiero que tenga cuidado con lo que recomienda.

¿Sabe usted cuál ha sido el porcentaje en el crecimiento de enfermos vegetarianos y veganos que hoy padecen de cáncer de estómago gracias a la gran... enorme cantidad de insecticidas, fungicidas y herbicidas que se usan en el cultivo de los vegetales? Estoy seguro que no lo sabe.

Senadora Rodríguez, yo me llamo Alberto Banuet y soy simplemente un ganadero mexicano preocupado en ofrecer condiciones de vida más que dignas a los empleados que me hacen el favor de trabajar en el rancho, entre otras cosas porque, en algunos casos, ya somos familia, hemos trabajado juntos por la ganadería mexicana por más de 40 años y entenderá usted que no estamos como para quedarnos callados ante ataques infundados de personas que no saben qué es la ganadería, ni mucho menos permitir que impunemente se atente contra la forma de vida honesta de mucha más gente de la que usted se puede imaginar.

Me preocupo por la sanidad de nuestros animales para ofrecer a las mamás mexicanas, carne de calidad para que sus hijos se alimenten sanamente y sus cerebros se desarrollen, sus huesos se fortalezcan y lleguen a ser mexicanos de bien.

Los ganaderos mexicanos pertenecemos a un gremio tranquilo, somos gente de trabajo y de compromiso, no le venga a jalar los bigotes al tigre, no lo vaya a despertar.