Bernie vs. Biden

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larazondemexico

Las elecciones del 3 de noviembre serán atípicas. Aunque el procedimiento de selección partidista y la contienda se ajuste a las reglas tradicionales hay, al menos, tres elementos que complicarán el desarrollo de la democracia americana.

El primero es el factor Trump, que tiene implicaciones más allá de la propia figura presidencial. En efecto, no se trata de un contendiente que respete las reglas; tampoco las leyes ni la verdad. Sería ingenuo no considerar que la guerra sucia en contra de Biden o de Sanders viene de la habitación oval; además, su cercanía con los sistemas de inteligencia rusos hacen sospechar hasta al más crédulo de sus votantes.

El segundo es la epidemia de coronavirus. Desde el periodo presidencial de Bill Clinton, los norteamericanos han estado cuestionándose cuál es el sistema de salud que deberían tener: por medio de aseguradoras, universal a cargo del Estado o un sistema mixto. El Obamacare intentó dar respuesta a este problema con un planteamiento mixto que, desde su llegada a la Casa Blanca, Trump ha ido desmantelando de a poco. Y, en medio de esta discusión, llegó la epidemia del coronavirus a poner a prueba la capacidad de gestión del presidente, así como la vulnerabilidad del sistema sanitario. En este tema, Sanders ha sido contundente y ha señalado, desde hace tiempo, en que Estados Unidos es el único país rico del mundo que no ofrece cobertura sanitaria universal a sus ciudadanos.

El tercero es la crisis económica global que, más temprano que tarde, alcanzará a las familias americanas. La caída de las bolsas y los desplazamientos en las divisas anuncian la llegada inminente de una recesión. La democracia no es un sistema inmune ni a las epidemias y menos a las crisis económicas; Trump tendrá que enfrentarse al candidato demócrata junto con los factores anteriores.

Biden aparece como el candidato más confiable para enfrentar dichas crisis; además, sería capaz de revertir los devaneos de la administración previa. A su vez, Sanders sería un gobierno opuesto al previo; un péndulo histórico que suena riesgoso para muchos.

Biden parece imparable tras ganar, la noche de ayer, Missouri, Mississippi y Michigan. De esta forma, la candidatura moderada de Biden ha crecido de manera inesperada desde el súper martes anterior. Además, Joe Biden cuenta con el respaldo de la mayoría de los demócratas que dejaron la carrera electoral. Me gusta el apoyo de Kamala Harris, quien podría ser una extraordinaria vicepresidenta.

La campaña de Sanders deberá oxigenarse, pues ha perdido el impulso original. A pesar de mis simpatías por Bernie, reitero que el mejor candidato es el que puede vencer a Donald Trump y sortear la crisis económica y de salud; ese candidato es, sin duda, Joe Biden.

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