El Diego de la gente

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Foto: larazondemexico

El título de esta columna indudablemente debería asociarse a la autobiografía que Diego Armando Maradona escribió para intentar plasmar en letras lo que siempre sintió cuando pateó una pelota: su más grande pasión. De la mano de ese sentimiento, Maradona cautivó a miles de aficionados en el mundo, desde Villa Fiorito, pasando por la Ciudad de México y aterrizando en el Sur de Italia, en Nápoles.

Pero el título obedece a otro Diego; uno que hasta hace unos días era un completo desconocido, pero que también su vida estará marcada por la pasión que llena estadios, hace que equipos ganen Mundiales y que, en su caso, ayuda a salvar vidas.

Ese Diego se apellida Bianco y, al igual que su tocayo de Argentina, sus inolvidables hazañas se contarán en Italia.

Pero éstas no serán acerca de goles de antología, campeonatos mundiales, ni de cómo lideró un equipo pequeño para hacerle frente a la todapoderosa Juventus en el calcio italiano. No, las historia de Diego Bianco se recordará por cómo hizo frente a un virus que paralizó de miedo a todo el país de la bota.

Diego atendía la central del 118, número para la atención de emergencias médicas causadas por la pandemia, impulsado por la misma pasión que heredó de su padre; no dejó de trabajar un sólo día, hasta que el 7 de marzo le comentó a sus colegas que no se sentía del todo bien; fue enviado a casa. El 12 de marzo resultó positivo a coronavirus. Cuatro días después, Diego fallecería en su casa en Montello, en la región de Lombardía, una de las zonas más afectadas por el virus.

La historia del futbol, así como la historia del mundo, no se podría entender sin los grandes héroes ni las enormes hazañas que construyeron. A veces esos nombres y apellidos logran transformarse en mitología pura y así perdurar más allá del tiempo, inspirando a más hombres y mujeres para escribir nuevos capítulos.

Y sí, es inevitable que estas historias se escriban en medio de la adversidad; porque es justo desde las derrotas como se fraguan las grandes victorias. Y con la pasión que hoy mueve el corazón de miles de profesionales de la salud: científicos, doctores, enfermeras, asistentes de hospital, paramédicos, voluntarios y muchos otros que hoy atienden valerosamente la pandemia mundial, es que ésta será un capítulo más.

Confiemos en ellos, en todas las medidas preventivas que juntos debemos seguir. Aplicar la distancia sugerida entre personas, estar en casa el mayor tiempo posible, dar aviso de inmediato a las autoridades sanitarias en caso de síntomas. Ésa es la misión de nosotros, así apoyaremos a nuestros héroes en los centros de salud que, al igual que Diego, no nos dejarán solos.

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