Los negocios de comida en la ciudad integran una cadena de relaciones directamente vinculada al abasto de productos de la canasta básica, en la que proveedores, como la Central de Abasto y los mercados públicos, juegan un papel nodal. No fue casual que el constituyente permanente federal considerara a estos últimos, un servicio público, al valorar que su actividad satisface necesidades públicas.
Hace una semana comenté la iniciativa Bonos Gastronómicos de Culinaria Mexicana, donde mencioné que existía una impulsada por la Secretaria de Turismo del Gobierno de la Ciudad y la iniciativa privada, llamada #ComeCDMX. Existen más iniciativas; algunas son esfuerzos locales, programas impulsados en las alcaldías Benito Juárez, Cuajimalpa, Miguel Hidalgo y Cuauhtémoc. De las otras demarcaciones territoriales no existe información pública acerca de lo que están haciendo para afrontar la disminución de ingresos provocada por el Covid-19.
Plausible y pertinente es el programa Hasta tu casa, implementado por la Dirección de Fomento Económico de Cuajimalpa, que dispone de sus redes digitales y página web para que locatarios de mercados y demás establecimientos mercantiles coloquen su oferta y datos de contacto para el consumidor. En Miguel Hidalgo, el concejal Raúl Paredes anunció que la Comisión de Fomento Económico lanzará ConsumeMH. Sin embargo, es urgente que la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco) lidere un programa que acerque a locatarios de mercados, tianguistas y mercados sobreruedas con el consumidor final. En la ciudad tenemos 329 mercados públicos, con 72 mil locatarios, que dan empleo a 250 mil personas.
La mayor parte de los locales de los mercados públicos languidecían antes de la pandemia y ahora verán más mermados sus ingresos. No basta con que estén abiertos, pues los locatarios han denunciado en medios de comunicación que sus ventas han bajado hasta en 70 por ciento. La Dirección General de Abasto de la Sedeco ha implementado en los mercados públicos el ofrecimiento de los productos a domicilio; sin embargo, en este servicio, la oferta es menos de 20 por ciento del total de los 329 inmuebles. De ahí la urgencia de mejorar el programa.
La situación en los tianguis es más grave, pues de los 1,470 tianguis de la ciudad, que superan a los mercados públicos en el abasto hacia los consumidores de productos de la canasta básica, no cuentan con una iniciativa o programa específico.El 23 de marzo pasado, la Jefatura de Gobierno emitió un Primer Acuerdo, por el que ordenó la suspensión temporal de establecimientos y centros educativos, así como los eventos públicos y privados con más de 50 personas, con el propósito de evitar el contagio de Covid-19.
El acuerdo es oportuno; sin embargo, es confuso, porque se ordena la suspensión de establecimientos considerados de impacto vecinal y zonal, lo cual induce a considerar que todos los previstos en la ley con dichas categorías deberían interrumpir sus actividades; pero el listado de giros suspendidos no señala a restaurantes ni establecimientos de hospedaje (ambos, giros de impacto vecinal); en consecuencia, éstos sí pueden operar.
