Ganan los disciplinados

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El Covid-19 ha puesto presión sobre diversos sistemas de salud en el mundo, muchos de ellos de mayor capacidad que el mexicano y está poniendo presión también sobre el nuestro. El incidente Covid-19 en México es un conjunto de pequeños incidentes asociados a la salud, la seguridad, la economía y el bienestar social.

El Almirante José Rafael Ojeda Durán, secretario de Marina, acertadamente ha manifestado en repetidas ocasiones que la batalla contra el virus no la ganan los países avanzados, sino los disciplinados.

El Gobierno de México escucha a sus médicos y a partir de sus conclusiones ha tomado decisiones drásticas para mitigar la propagación del virus. En México los políticos no se han metido en la medicina, sino han sido los médicos los que han dictado qué hacer y qué no hacer para enfrentar la pandemia.

El gas que proviene de la toma clandestina, el fuego del incendio forestal, la onda sísmica que se aleja del epicentro y el virus de la epidemia corren más rápido que el Gobierno; por ello, los sistemas para enfrentar este tipo de incidentes, mezclan las fortalezas del Sector Público (instituciones civiles y militares), del Sector Privado y del Sector Social, articulados bajo el Sistema de Comando de Incidentes (metodología que el propio almirante secretario generosamente ha promovido desde el Centro de Estudios Superiores Navales para todos los integrantes del Sistema Nacional de Protección Civil), que permite elevar la eficiencia y productividad de la respuesta mediante la coordinación y la comunicación efectiva.

Actuar rápido, ser el primero en moverte y no esperar a alcanzar la perfección para actuar, debe ser la constante durante la gestión de la emergencia, cualquiera que sea su causa y cualquiera que sea su dimensión y magnitud. Esto no significa hacer las cosas de manera precipitada. Significa decidir y actuar de la manera más responsable y proactiva, con los elementos que se tienen a la mano, para alejarte de la zona de riesgo, permitiendo que el fenómeno pase de largo, haciendo el menor daño a nuestras vidas, nuestros afectos y nuestros bienes.

El Covid-19 en México se enfrenta a una comunidad unida y solidaria. Se enfrenta también a un grupo de médicos y enfermeras que, con base en esfuerzo, sacrificio y entrega, fortalecidos por el trabajo constante en entornos de precariedad y crisis, en los que han tenido que echar mano de su creatividad e ingenio para salvar vidas, convirtiéndose en recursos humanos de clase mundial. Se enfrenta también a nuestras Fuerzas Armadas que, por décadas, han velado por el bienestar de nuestras familias.

En contraparte, tres grandes debilidades que nos caracterizan elevan la letalidad del virus en suelo mexicano: el deterioro de nuestro Sistema de Salud que vive una necesaria transición; el grupo de padecimientos que hoy deterioran la salud de los mexicanos, entre los cuales se encuentran la obesidad, la diabetes y la hipertensión, y la ineficiencia que pudiera existir en algunos de los actores participantes.

Frente a este adversario, existe una fórmula que nos ha permitido sortear grandes incidentes y que debe utilizarse de nuevo: eficientar el uso de los recursos, trabajar todos como un solo equipo, hacer cada quien lo que nos toca y lo más importante, citando al almirante secretario, ser disciplinados.

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