La pandemia acecha a Venezuela

larazondemexico

Nicolás Maduro ha sido señalado por la justicia estadounidense como narcotraficante. Este hecho, además de las sanciones económicas impuestas que buscan cercar al dictador, han marcado la intención de la administración Trump de buscar una salida “negociada” al conflicto en Venezuela.

En estos días, Estados Unidos ha redoblado la presión sobre Maduro, buscando que ambas partes del conflicto accedan a un marco de negociación para acordar un gobierno de transición de cara a unas elecciones democráticas. En plena amenaza por la pandemia que actualmente corre por el continente, la situación en Venezuela es muy delicada. Si bien la población ya vivía en condiciones críticas de salud y sin los insumos básicos, como es simplemente una barra de jabón, el Covid-19 podría ser catastrófico para la región. Este escenario potencial pondrá en jaque al gobierno de Maduro y Trump ve aquí la oportunidad de darle el golpe final.

Sin embargo, Maduro no ha dado muestras de ser una persona razonable o sensible al sufrimiento de su pueblo. Por la otra parte, las Naciones Unidas ha llamado al país norteamericano a levantar las sanciones para permitir que Venezuela se haga de los insumos necesarios para afrontar la enfermedad, algo que Estados Unidos no está dispuesto a ceder argumentando que el régimen venezolano es tan corrupto, que cualquier ayuda internacional sería desviada y no aprovechada por el pueblo. El pulso entre los dos países puede llegar a los límites del absurdo.

Las sanciones económicas suelen tener poca eficacia y tardar mucho tiempo en elevar la presión sobre el régimen castigado. Usualmente es la población civil la que sufre los estragos de las mismas. En estos días vivimos una pandemia que ha puesto en jaque a economías desarrolladas, por lo que es necesario preguntarnos si es correcto estrangular la economía de países en desarrollo en estos momentos de gran necesidad. ¿Qué será de Venezuela si la pandemia los golpea con fuerza?

El mismo presidente ruso, Vladimir Putin, lo expuso en la última reunión del G20 al decir que es un asunto puramente humanitario, de vida o muerte, el permitir las transacciones económicas para la compra de bienes esenciales para la lucha contra esta enfermedad. Obviando la situación rusa, en Venezuela la crisis humanitaria es ya un hecho y la enfermedad puede ser el último clavo en el ataúd de una sociedad dejada en el olvido.

Venezuela lleva mucho tiempo necesitada de ayuda internacional, misma que Maduro se ha encargado de rechazar. Ahora, las sanciones han precipitado a la población al abismo y la dejan indefensa ante la amenaza de la pandemia. Una transición, de darse, sería lenta. Lamentablemente sólo nos queda esperar el colosal desastre.

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