Estamos viviendo una insólita Semana Santa a causa de la necesaria emergencia sanitaria por el Coronavirus. Nadie de nosotros había vivido una situación similar. Las imágenes de playas y ciudades desiertas nos remiten a películas apocalípticas, como Soy leyenda, con Will Smith; Epidemia, con Dustin Hoffman y Morgan Freeman; la crónica de terror 28 días después, de Danny Boyle; o Contagio, con Gwyneth Paltrow y Matt Damon. Afortunadamente, la realidad es menos catastrófica y para los que podemos quedarnos en casa, esta contingencia representa una gran opción para disfrutar de películas, para volver a gozar de grandes filmes históricos.
En mi infancia y adolescencia los cines exhibían cada Semana Santa las grandes producciones de época con las que Hollywood hizo frente a la competencia que significó la Tv en los 50. Ben Hur, la monumental épica de William Wyler, era obligada. Me sigue causando el mismo impacto, porque es una auténtica lección de cine. Como era habitual, cuando aparecía la figura de Jesús no veíamos su rostro. Como personaje, Cristo ha sido el más recurrido en la historia del cine, después de Drácula en sus diferentes versiones y nombres. De la amplia variedad de películas sobre el tema, destaco cinco por su impacto y sus cualidades cinematográficas:
El evangelio según San Mateo (1964). Ese extraordinario intelectual que fue el italiano Pier Paolo Pasolini, novelista, poeta, cineasta, ofreció la mayor dimensión humana de Jesucristo, presentándolo como un activista social de corte marxista, en un filme que incluso fue elogiado por El Vaticano.
Jesucristo superestrella (1973). Audaz y vibrante musical que es, para mi, el mejor filme sobre Jesús. El director canadiense Norman Jewison captó la esencia de su historia, con referencias a nuestra propia actualidad.
Jesús de Nazareth (1977). Formal, espectacular, emotiva versión del italiano Franco Zeffirelli, un telefilme de seis horas que se exhibió en los cines en dos partes, con un reparto multiestelar: Robert Powell como Jesús, Olivia Hussey como María, Laurence Olivier, Anthony Quinn, Christopher Plummer, Ernest Borgnine, Rod Steiger, Anne Bancroft, James Mason, Claudia Cardinale.
La última tentación de Cristo (1989). Brillante, inteligente, anti convencional adaptación de Martin Scorsese de la novela del griego Nikos Kazantzakis, donde Willem Dafoe personificó a Jesús, y que provocó un injustificado escándalo mayúsculo ante la intolerancia de grupos religiosos, por lo que fue censurada en muchos países, incluyendo México. La historia posee un profundo sentido teológico que muchos prefirieron no comprender. Scorsese fue respaldado por la Academia de Hollywood con la nominación al Oscar a Mejor Director.
La pasión de Cristo (2004). Controvertida y perturbadora versión de Mel Gibson, hablada en arameo, excesiva en violencia hasta caer en lo gore. Fue un sorprendente éxito de taquilla, con ingresos de más de 600 millones de dólares, cuando su presupuesto fue de sólo 30 millones. Gibson prepara para el próximo año una segunda parte que se titulará La pasión de Cristo: Resurrección.