Que viene después del coronavirus

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Foto: larazondemexico

En medio de este fenómeno que ha puesto en cautiverio a la humanidad entera podríamos estar siendo testigos del inicio de la caída del capitalismo y la entrada a una era postcapitalista. La emergencia sanitaria que vivimos actualmente ha incrementado el uso de las tecnologías, ha fomentado nuevas formas de trabajo y hasta ha creado una nueva corriente que podría definirse como una economía colaborativa.

El capitalismo remplazó al feudalismo hace 500 años y parece que es momento de remplazarlo por un nuevo sistema postcapitalista que se adapte a esta nueva era digital. Por ejemplo, trabajar desde casa no ha sido un problema para una parte importante de los empleados de empresas y cuyos jefes podrían medir fácilmente el rendimiento de sus trabajadores con este experimento forzado por las medidas de confinamiento, adoptadas para evitar la propagación del virus y que podrían cambiar la manera en que trabajamos. La tecnología nos mantiene conectados prácticamente 24 horas al día y la comunicación es constante a pesar del encierro.

Cada vez son más notables las empresas que utilizan modelos colaborativos, rompiendo esquemas de trabajo anticuados y creando industrias con ayuda de otras empresas y productores independientes. Ahora las oficinas pueden ser compartidas no por una empresa sino por varias empresas de distintas índoles que comparten espacios de trabajo y enriquecen el llamado networking, red de relaciones laborales.

Mundialmente podemos ver un cambio en las estrategias económicas de gobiernos que han dejado de apostar al principal producto que parece afectar todas las demás industrias, el petróleo. Por ejemplo, a mediados del año pasado el fondo soberano de Noruega, considerado el mayor inversionista estatal del mundo, anunció que se dejarán de invertir 11 mil millones de euros en combustibles fósiles para redirigirlos hacia la inversión de energías renovables. El mismo Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien defiende la importancia del petróleo para la economía del país, dijo en una de sus conferencias matutinas que su administración es consciente de la importancia de mirar hacia las energías renovables. Un camino que podría acabar con la opresión del llamado oro negro a las economías mundiales y poder darle un respiro al medio ambiente.

La realidad es que todo episodio de impacto mundial genera nuevos modelos sociales y económicos y esta pandemia que estamos viviendo seguramente traerá cambios en las estructuras que conocemos, desde la importancia de la inversión en el sistema de salud hasta un cambio en nuestros hábitos diarios, como el simple hecho de lavarnos las manos de manera más consciente. Así que no todo estaría perdido, por ejemplo, la Segunda Guerra Mundial definió las bases del Estado de bienestar y la mal llamada gripe española fue clave en la creación de los sistemas nacionales de salud en Europa. Definitivamente esta emergencia sanitaria no se puede comparar con una guerra mundial, pero el impacto económico será muy importante.

En mi opinión esta pandemia es el resultado de la vida que llevamos actualmente, la poca importancia hacia el medio ambiente, sobrepoblación, recortes  y privatización del sistema de salud, innumerables viajes en todo le mundo, turismo descontrolado y, sobre todo, la desigualdad y la concentración de la riqueza. No hay manera de saber qué pasará cuando todo esto acabe, pero la ayuda entre países y la unión entre personas parece ser el camino para este cambio de paradigma que vamos a enfrenar.

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