Porfirio, el gigante de la 4T

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Foto: larazondemexico

Primero: A sus 86 años, Porfirio, un político que representa la aspiración de muchos hombres que se dedican a la cosa pública, como decía el Tábano de Atenas; víctima del neoliberalismo —en sus aspiraciones presidenciales— al que 30 años después de una larga lucha le ganó la partida, logrando colocarle como diputado presidente de la Cámara baja, la banda presidencial a su compañero de brega, Andrés.  Sin duda, el momento cumbre de su carrera política, pero también el ocaso de su vida como hombre público y aún con la nostalgia de no haber sido él, quien ocupara la “Silla del Águila” que siempre le hizo guiños.

Segundo: Muñoz Ledo, líder estudiantil, constructor de movimientos sociales, abogado por la UNAM, doctor en ciencia política, catedrático en la UNAM, periodista, ensayista, embajador en la ONU y presidente del Consejo de Seguridad, representante en la UNESCO y la Unión Europea, dos veces presidente de la Cámara baja, senador de la República, dos veces secretario de Estado, líder de dos partidos políticos del país, candidato presidencial; qué más puede ambicionar —un hombre público— sí, sólo la “Silla del Águila”, como decía Fuentes.

Tercero: El gigante de la 4T, fundador de la Corriente Democrática y del Frente Democrático Nacional al lado de Cuauhtémoc Cárdenas, movimiento al que le llevó 30 años derrotar a los neoliberales, los niños bien que llegaron de Harvard y Yale a desplazar a los nietos de la Revolución Mexicana, y que con su modelo económico redujeron considerablemente el papel del Estado en la economía, generando una gran desigualdad social y privatizando empresas públicas dixit. Ésta fue la lucha que los hizo converger a él y al hoy Presidente de la República, vencer por la vía electoral a quienes, bajo el membrete de revolucionarios, acabaron con la riqueza de la nación y endeudaron al país dixit.

Cuarto: Decano en el Parlamento, Porfirio; cual Maximilien de Robespierre, allá en la Revolución Francesa, ha sido testigo infalible de los sucesos de la República, obsesionado por dotar a nuestro país de una nueva Constitución, a Porfirio se le puede considerar el principal impulsor de la reforma del Estado Mexicano, en el ocaso de su vida como parlamentario ha dictado cátedra como diputado de la 4T en el Palacio Legislativo, sabedor de su ocaso público, sin recato alguno expresa su sentir, aun sabiendo que no encontrará eco en su bancada ni en su partido, el cual ya salió de su corazón.

Quinto: En los próximos días, Porfirio dará tema de qué hablar frente a la iniciativa enviada por el Ejecutivo a San Lázaro en materia de Presupuesto Federal; mientras, ya fijó postura: “estoy en contra de otorgar facultades unipersonales al Ejecutivo al margen de la Constitución”, empero, Porfirio, sabedor que sus expresiones son testimoniales, pero quedarán en la historia de un gigante.

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