Cambio de Reglas

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Derivado de la emergencia sanitaria por la pandemia del coronavirus, la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood decidió que, como medida excepcional, para el Oscar 2020, el cual se entregará el último domingo del próximo febrero, será elegible cualquier película que haya pasado en las diversas plataformas de streaming aunque no se haya exhibido en salas de cine. El organismo dejó claro que este cambio será sólo por única ocasión y reiteró que no hay mejor modo de experimentar la magia de las películas que en los cines. En ese sentido, enfatizó, “nuestro compromiso no ha cambiado”.

Muchos de los estrenos importantes de películas fueron pospuestos para el último trimestre del año o de plano para 2021. La primera de las grandes producciones de Hollywood que ya tiene nueva fecha de estreno es Wonder Woman 1984: el 14 de agosto. Pero otros filmes han pasado directamente al streaming, como la cinta de animación de Dreamworks, Trolls World Tour. También el drama The Banker, historia real de dos inversionistas de raza negra que en los 60 decidieron comprar bancos en Texas, enfrentándose a duros prejuicios raciales. Asimismo, Netflix estrenará el 12 de junio el nuevo filme de Spike Lee: Da 5 Bloods, sobre cuatro veteranos de raza negra de Vietnam. Posteriormente nos ofrecerá otras dos importantes películas: Mank, el relato del brillante director David Fincher sobre Herman Mankiewicz, el guionista de El Ciudadano Kane, interpretado por Gary Oldman, y Hillbilly Elegy, crónica de tres generaciones de una familia de los Apalaches, dirigida por el versátil y sagaz Ron Howard, con Amy Adams y Glenn Close.

La decisión de la Academia abre un profundo debate sobre el cine mismo. Yo he sido un ferviente defensor de que el cine debe verse en el cine. No hay nada comparable a la experiencia sensorial de la pantalla grande, luces apagadas, sonido de alta fidelidad, que nos compensa los inconvenientes de la gente hablando o, algo cada vez más frecuente, viendo sus celulares en las salas. Pero vivimos otros tiempos a los que es necesario adaptarse. Las plataformas han cambiado el rostro de la realidad. El caso de la mexicana Roma de hace dos años y de El Irlandés el año pasado, constituyó un cambio de paradigma. Netflix las hizo posibles, pero tuvieron que exhibirse en algunas salas independientes para ser elegibles al Oscar. Roma fue la primera película no hablada en inglés de la historia en ganar el Oscar a Mejor Director, para nuestro compatriota Alfonso Cuarón, y la obra de Martin Scorsese se llevó un total de 10 nominaciones.

El camino es irreversible. Tarde o temprano, la Academia deberá hacer permanente esta regla temporal que ha anunciado. No es posible seguir pretendiendo que una obra cinematográfica debe ser exclusivamente la que se proyecta en las salas. El cine es cine por su lenguaje y sus recursos expresivos, independientemente de dónde se exhiba.

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