Tecnología contra el coronavirus

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Mientras no exista una vacuna para combatir al coronavirus, queda abierta la incógnita de cómo funcionará una sociedad que tendrá el peligro latente de un resurgimiento de la pandemia y cómo tratar de controlar el contagio entre las personas.

Una de las herramientas fundamentales es la identificación de la mayor cantidad posible de personas infectadas y de aquellos con los que ha estado en contacto para aislarlos temporalmente y evitar la propagación de la enfermedad. Dado que este virus puede contagiarse hasta dos semanas antes de que el infectado presente síntomas y de que, además, un porcentaje importante de los que portan el virus puede no llegar a presentar ninguna señal de la enfermedad, es que los confinamientos masivos se hacen necesarios para tratar de detener la propagación del virus por todos aquellos que no saben que tienen la enfermedad.

Precisamente por ello, una de las principales recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud es muy clara y contundente: testing, testing, testing, hacer la mayor cantidad posible de pruebas para detectar el virus entre la población. El objetivo no es sólo tener un conteo confiable del avance de la enfermedad, sino el aislamiento de la mayor cantidad posible de vectores que propaguen el virus. En Nueva York, por ejemplo, el alcalde Bill de Blasio anunció que un pequeño ejército de mil detectives se encargaría de identificar, contactar y aislar a todos los infectados, así como las personas con las que tuvo contacto.

La tecnología también ha dado un paso al frente para sumarse a esta tarea. En varios de los países del sureste asiático como Singapur, Taiwán o Corea del Sur, los gobiernos desarrollaron aplicaciones que, mediante el uso del bluetooth de los teléfonos, permiten llevar un registro de todos los dispositivos que se acercaron al celular de una persona y, si ésta resulta ser portadora del coronavirus, un mensaje de alerta se envía a todos los que estuvieron cerca de la persona infectada. La información también se comparte de inmediato con las autoridades, que se encargan de dar seguimiento a todas las personas para tomar las medidas necesarias.

Hay una amplia discusión que se genera sobre el derecho a la privacidad y las capacidades de control y vigilancia entregadas al gobierno, pero, como muchos de los debates sobre la ciencia y la tecnología, no se trata de hipotetizar sobre un futuro distante, sino de realidades que ya están aquí. A principios de abril, Apple y Google, cuyos sistemas operativos abarcan casi la totalidad del mercado de celulares, anunciaron que ya estaban trabajando en una aplicación similar que estarían poniendo a disposición de las autoridades. Igualmente, el Servicio Nacional de Salud (NHS) de Reino Unido ha comenzado ya una prueba con una aplicación propia que permite seguir todos los contactos entre celulares y un debate sobre estrategias similares ya se ha abierto en Francia y Alemania. Por ello, la discusión y análisis de su uso tendrá que ser necesaria, ya que se trata de una gran herramienta que puede ayudar en esta crisis, pero que no está ausente de múltiples riesgos.

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