La nota es que la Unidad de Inteligencia Financiera, inició desde 2017 una indagatoria, la FED/SEIDF/UEIDFF-CDMX/0001035/2017 por presunto lavado de dinero, sobre una de las minas de oro más importantes de Sinaloa, la de San José de Gracia, ubicada en el corazón del denominado triángulo dorado y concesionada a DynaResource, de Matthew K. Rose, empresa que quedó cautelarmente asegurada por la UIF desde 2019 a fin de que no hubiese salida o cambio de accionistas.
El tema cobra especial relevancia ante el reinicio de actividades mineras durante la pandemia de Covid-19, ya que deja en relieve los riesgos a los que se expone esa actividad. Y es que la mina concesionada al grupo DynaResource, Inc. reportó al mercado bursátil una producción de oro superior a su capacidad operativa. De hecho, la evidencia derivó del reporte correspondiente al ejercicio 2014 que DynaResource entregó a la Securitie Exchange Commission, registrando la producción de 10.2 kilos de barras de oro… cuando dicha mina carece de condiciones técnicas para producir lingotes, tal y como revelan las indagatorias que en 2017 inició la UIF, entonces a cargo de Alberto Bazbaz, y que prosiguió el equipo de Santiago Nieto.
Entre los documentos de la indagatoria, se sabe, habría dos manuscritos donde un directivo de DynaResour-ce de México acredita la recepción de oro de un agente externo. Ante tal situación, en 2017 el socio capitalista de DynaResource, la firma Goldgroup Resources, que encabeza Keith Piggott, se deslindó y realizó la denuncia ante las autoridades mexicanas por el posible delito de lavado de dinero. Vale precisar que el accionista mayoritario de la minera en capilla es Golden Post Rail, propiedad de Matthew K. Rose, quien hace algunos años compitió para relevar a Warren Buffett al frente del conglomerado multinacional Berkshire Hathaway. Y su hijo, Phillip A. Rose, es parte de consejo de administración de DynaResource. Vaya manera de poner en riesgo toda una reputación.
Fonatur, la mejor decisión. Este viernes la institución, de Rogelio Jiménez Pons dará el fallo del Tramo 3 del Tren Maya, bajo un proceso transparente, con una evaluación precisa de ofertas económicas y técnicas, que dará por resultado la mejor elección para uno de los proyectos más importantes para el sureste del país.
Difícilmente ganará la oferta económica más baja, que presentó Grupo Caabsa, de Mauricio Amodio, que tiene sendos conflictos con Claudia Sheinbaum, por la inconclusa obra del México-Toluca en Tacubaya, y por la administración de accesos en la Central de Abasto. Además, Caabsa le dejó un complicado proceso de arbitraje a la CFE, de Manuel Bartlett, por la hidroeléctrica de Chicoasen II. La evaluación de las ofertas económicas y técnicas hace prever que el ganador estará entre la segunda y la séptima mejor oferta económica. Y dado que el factor técnico y la experiencia serán determinantes, es muy probable que la competencia final esté entre el consorcio formado por Sacyr, de Pablo Gutiérrez con Técnicos Especializados de Chiapas y Constructora Gordillo (que en el concurso del Tramo Dos hizo a mejor oferta técnica), y por otro lado Azvi que lleva Manuel Contreras con INDI de Manuel Muñozcano. Mañana veremos.
Trolebús con cara de Metro. El diseño solicitado para Trolebús Elevado que correrá por Ermita-Iztapala estipula que deberá estar listo para soportar peso y tensión generado por convoyes tipo Metro. La obra que ganó Indisa con una oferta de 2,490 millones de pesos es ligeramente mas alta en costo (100 millones de pesos) previo a la anterior asignación debido a las nuevas y reforzadas especificaciones solicitadas. La magnitud del proyecto implicará a la firma que comanda Víctor Ortiz forme alianzas con proveedores confiables de estructuras metálicas como Corey de René Calderón, de concreto como Holcim que dirige Jaime Hill y Cemex al mando de Fernando González, además de especialistas en cimentaciones como Pilotec que dirige Walter Paniagua, Pimosa con Jorge Pineda al frente o Necs de Carlos San Román.
