Quiebre de empresas

Foto: larazondemexico

Hace unas cuantas mañaneras, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, comentó que, si empresas tenían que quebrar, como efecto de la recesión económica causada por la pandemia, pues que ni modo; que quebraran. Y que fueran los propios empresarios los que asumieran esta responsabilidad.

Lo que no entiende el Presidente, o nadie de su gabinete se lo ha querido explicar, es que la quiebra de empresas no sólo no ayuda en absoluto a su proyecto de país, sino que compromete por completo la Cuarta Transformación que él encabeza. Explico por qué.

El principal sello de la administración de AMLO son los programas sociales, que no son otra cosa que transferencias en efectivo, por parte del Gobierno federal, a grupos vulnerables de la población. Ayudar a los pobres, a los que menos tienen es la filosofía de la 4T.

Pero hay que preguntarse de dónde salen los recursos para estos programas sociales, y para muchas otras cosas en las que el Gobierno federal gasta todos los días. Pues evidentemente de los impuestos que pagamos todas las personas físicas y morales del sector formal de la economía. Esto en el entendido de que el Gobierno no quiere mayor endeudamiento y que el precio del barril de petróleo está por los suelos; como otras fuentes alternas de financiamiento.

Entonces, el quiebre de empresas significa un despido masivo de trabajadores que dejarán de pagar sus impuestos como personas físicas, y por supuesto la propia empresa, como persona moral, dejará de contribuir al erario. Ello resulta en una erosión brutal de los ingresos fiscales del gobierno en turno.

Además de la pobreza per se que se generará como resultado de que miles de empleados serán aventados a la calle por la quiebra de empresas, el Gobierno federal cada vez tendrá menor cantidad de dinero para sostener los programas sociales, y muchas otras cosas, en los que basa su política de una mejor distribución de la riqueza.

El Presidente se está dando un balazo en el pie solito. Con el agravante de que el quiebre de empresas y el consiguiente aumento en el desempleo, va a empujar todavía más al alza la delincuencia y la violencia en todo el país. La inseguridad y la descomposición social no le ayudan en nada a ningún gobierno a cuajar un proyecto de país.

No se están dando cuenta en el Gobierno que este tipo de políticas van a terminar de darle al traste a la tan anhelada transformación que quiere López Obrador para México. No se ayudan ni se dejan ayudar. No se ven bien las cosas para la 4T.

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