En Estados Unidos, con casi un millón y medio de contagios, más de 83 mil muertes por el Covid-19, y con la pérdida de millones de empleos, buscan regresar a la actividad económica. En México se ha anunciado que también se abrirán las actividades como las industrias de la construcción, la minería y la fabricación de equipos de transporte, que son consideradas actividades esenciales, entre el 18 y el 31 de mayo.
Y es que es imposible para Estados Unidos empezar a operar estas industrias sin que trabajen también las mexicanas para no afectar la cadena de suministros; incluso en algunas industrias se ha dicho que puede ser un tema de seguridad nacional, ya que el cierre de varias empresas en nuestro país está afectando la cadena de suministros del Departamento de Defensa de la Unión Americana.
Y es que tampoco se pueden seguir perdiendo tantos empleos: en Estados Unidos, tan sólo en abril desaparecieron 20.5 millones de empleos; en México en cifras, se han dado de baja 555 mil empleos formales, pero 60 por ciento de la fuerza laboral en nuestro país trabaja en la economía informal, así que las cifras de desempleo no oficiales son muy altas. Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), entre seis y 10 millones de personas regresarán a situaciones de pobreza extrema por esta crisis.
Para que una gran cantidad de plantas en Estados Unidos inicien operaciones necesitan que los proveedores de México lo hagan antes. Hay que recordar que gran parte del comercio bilateral corresponde a productos no terminados, como insumos, componentes y piezas que necesitan en el vecino país del norte para completar sus procesos de producción.
Desde hace unas semanas, la Asociación Nacional de Manufactureros de Estados Unidos (NAM, por sus siglas en inlgés) envió un par de cartas al Presidente Andrés Manuel López Obrador para solicitarle que equiparara las industrias esenciales de México con los sectores catalogados como críticos en el vecino país del norte.
Lo que buscaban los industriales estadounidenses, que representan a 327 firmas, es que no se interrumpa la cadena de suministro y de producción en las industrias.
A través de un comunicado, la American Chamber of Commerce of Mexico aseguró que homologar las actividades esenciales entre ambas naciones es de suma importancia para mantener las cadenas productivas en toda la región.
Pero también, en caso de no abrir, México podría enfrentar sanciones. Hay que recordar que bajo los esquemas del actual Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en el capítulo 11, que habla sobre inversión, las empresas estadounidenses pueden interponer demandas contra México.
Si bien se tiene previsto que el T-MEC entre en vigor el 1 de julio de este año, aún se pueden tomar acciones bajo el actual TLCAN. Incluso empresas norteamericanas podrían pedir el resarcimiento directo a los afectados y se tendría que darles una compensación.
Ayudan a sobrellevar la crisis
[caption id="attachment_1161273" align="alignnone" width="696"] En Cancún, Quintana Roo, Ricardo Villalva, empresario zapatero, decidió alimentar cada día a 300 personas que se encuentran sin trabajo debido a la pandemia. Foto: Cuartoscuro[/caption]
Hay que recordar que el pasado lunes, la industria automotriz pidió al Gobierno federal que nombrara al sector como esencial para reabrir las plantas a más tardar el miércoles, porque los proveedores de autopartes debían abastecer a las plantas armadoras en Estados Unidos cinco días antes al reinicio de operaciones de la actividad en aquella nación, programada para el próximo lunes 18 de mayo.
A finales de abril, el Presidente López Obrador dijo ser consciente de que “hay muchas partes en la industria automotriz, y en otras industrias, que están completamente interrelacionadas” entre México y Estados Unidos, y aseguró que se cerrará un acuerdo “cuando ellos abran”.
Hace unas semanas platicábamos en este espacio con el gobernador de Querétaro, Francisco Domínguez Servién, quien se acaba de recuperar de Covid-19, y hablaba de la importancia de no romper las cadenas económicas y abrir nuevamente industrias, como la automotriz.
Abrir la economía es una decisión muy compleja, sobre todo en el pico de una pandemia, pero se debe hacer siempre y cuando se tomen todas las medidas necesarias para prevenir el mayor número de contagios.
El problema es que México va semanas atrás en la pandemia y se tendrá que regresar a trabajar con medidas extremas para cuidar la salud.
En Estados Unidos, Anthony Fauci, el principal consejero médico del gobierno de Donald Trump, advirtió de las "serias" consecuencias de levantar prematuramente el aislamiento, ahora que 38 de los 50 estados de la Unión Americana iniciaron el desconfinamiento y la reactivación económica.
Por ejemplo, en Nueva York, epicentro de la pandemia de coronavirus en Estados Unidos, con más de 26 mil 600 muertos, todavía no hay fecha de reapertura.
En México, tampoco se podrá llegar a la apertura total, y se deben extremar precauciones.
Según las cifras que nos muestran en las conferencias vespertinas, por ejemplo, son 40 mil 186 casos positivos y cuatro mil 220 defunciones hasta ahora; es decir, más de un 10 por ciento de los casos confirmados han fallecido.
Con todo esto, la gente tendrá que elegir si moriremos de Covid-19 o de hambre.