Precarización del empleo

Durante el primer trimestre de 2019 la tasa de desempleo (TD) en México fue 3.4 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA), formada por todos los hombres y mujeres, mayores de 15 años, que buscan trabajo. Si lo encuentran se vuelven Población Ocupada (PO). Si no lo encuentran, y siguen buscando, son Población Desocupada (PD).

Un año después, a lo largo del primer trimestre de 2020, para sorpresa de muchos, la TD fue la misma que el año pasado, 3.4 por ciento de la PEA. Y escribo “para sorpresa de muchos”, porque uno pensaría que, si la economía se frena, como se frenó en 2019, y como se está frenando aún más en 2020, el desempleo aumentaría, y, por lo menos entre enero y marzo pasados, con relación a enero y marzo del año pasado, no sucedió. Permaneció igual.

¿Cómo se explica que, si la economía se frena (cae la producción, el empleo y el ingreso), el desempleo no aumente? Por la manera (lógica) de medirlo, como el porcentaje de la PEA que busca trabajo sin encontrarlo. Si una persona, sin trabajo, deja de buscarlo, deja de ser considerada desempleada. ¿Cuánta de la gente que perdió su empleo durante el primer trimestre del año, ante la difícil situación económica, se dio por vencida y dejó de buscar trabajo, por lo que ya no fue considerada desempleada?

Según la información del INEGI, de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, la PO pasó de 55,683,450 personas, en el cuarto trimestre de 2019, a 55,352,304, en el primero de 2020, lo cual dio como resultado una disminución, en la PO, igual a 331,146 personas. ¿Cuántas de estas personas, que necesitan trabajar, se dieron por vencidas y no buscaron trabajo?

Analicemos a la PO que se encuentra en condición de subocupación, con la necesidad de, y la disposición para, trabajar más, pero sin la posibilidad de hacerlo. En el primer trimestre de 2019 fue 6.8 por ciento. Un año después, enero a marzo pasados, fue 8.9, un aumento de 2.1 puntos porcentuales, equivalentes al 30.9 por ciento. Estamos hablando de casi una tercera parte.

Tomemos en cuenta a la PO que se encuentra en condiciones críticas de ocupación, trabajando menos de 35 horas a la semana, por razones ajenas a su voluntad, o trabajando más de 35 horas, ganando menos del salario mínimo, o trabajando más de 48 horas, ganando menos de dos salarios mínimos. En el primer trimestre de 2019 fue 19.0 por ciento. Entre enero a marzo pasados, un año después, fue 22.6, un incremento de  3.6 puntos porcentuales, equivalentes al 18.9 por ciento. Estamos hablando de casi una quinta parte.

Al aumento en el porcentaje de la PO en condiciones de subocupación, o en condiciones críticas de ocupación, nos habla de la precarización del trabajo en México, proceso que apenas empieza.

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