Primero: #AmloVeteYa, se leía en las cartulinas que portaban algunos de los vehículos que circulaban en las caravanas, donde ciudadanos se manifestaron en contra del Presidente el pasado sábado en algunas ciudades del país; de manera simultánea este mismo hashtag se volvía trending topic en Twitter. Fue el propio jefe del Ejecutivo, quien dio respuesta a la demanda de las caravanas, y les contestó lo siguiente: “No coman ansias... ya viene el 2021”, en referencia al año electoral próximo, y después el 2022, donde “el pueblo decidirá si me voy o me quedo”
Segundo: Serio en su mensaje, el Presidente comentó que a pesar de quienes no lo ven con buenos ojos, está empeñado en lograr la transformación de México y desterrar la corrupción. Y en lo que muchos podrían tomar como un banderazo a la próxima contienda electoral, sugirió a sus adversarios que se organicen, y que el encuentro será en las urnas. Delineó lo que podría ser su guion de campaña: “el pueblo decidirá si regresa el conservadurismo, la corrupción y los privilegios”; antes no se cuestionaba tanto al Presidente aunque fuera impuesto, hoy se me ataca muchísimo, comentó.
Tercero: Sin duda, las caravanas del sábado calentaron al Presidente y calentaron el ambiente preelectoral. Cierto que hay un sector de la sociedad que no comparte su forma de conducir al país, y quizá un sector minúsculo el que se haya manifestado exigiendo su renuncia, el mandatario debe ser consciente de que en la democracia los opositores tienen el derecho legítimo de manifestarse y exigir su renuncia. Basta recordar cómo él lo hizo con sus antecesores y nunca trascendió, hasta que llegaron las elecciones que le permitieron acceder al poder por la vía del sufragio. La tolerancia del Presidente tiene que ser inmensa, como la de un gran Jefe de Estado.
Cuarto: La sociedad mexicana desea que el jefe del Ejecutivo esté sereno y enfocado en la problemática actual; estamos en plena emergencia sanitaria, el reto del Covid-19 no ha terminado; los muertos se incrementan día con día, el país entero está en semáforo rojo y en plena meseta de la pandemia, no es momento para la confrontación política; la ocupación de los mexicanos está concentrada en cómo librar la letalidad del virus y que no toque a sus seres queridos; otro tema que ocupa la psique de los ciudadanos es cómo salvar la crisis económica en ciernes, no hay tiempo para la distracción política.
Quinto: Hace unos días el Ejecutivo planteaba la interrogante: “¿qué hacemos con los ricos?”, como si éstos fueran un problema para el país y no parte de la solución; sería sano invertir la pregunta: “¿cómo nos ayudan los ricos?”. Necesitamos más inversión productiva que pague impuestos, que genere empleos que se están perdiendo por la crisis sanitaria. Los necesitamos de aliados de usted, señor Presidente.