Los sectores primarios de Agricultura, Ganadería y Pesca han sido declarados muertos de manera oficial en la agenda de la 4 T. El acta de defunción se expidió el pasado 20 de mayo.
En un evento organizado por la CNOG, Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas, justamente para aclarar paradas sobre la ausencia de programas para el campo, el secretario Villalobos y el director de la Financiera Rural, Delgado Mendoza, fueron claros: “háganle como quieran y con nosotros no cuenten, no hay dinero ni programas, luego nos platican cómo les fue”. En 5 minutos acabaron con lo que tenían que decir, lo que es un ejemplo perfecto de la 3ª Ley de Parkinson, que dice que “el tiempo dedicado a cualquier tema de la agenda, es inversamente proporcional a su importancia”.
Ante esto, dos universidades, la UNAM y la Universidad Autónoma de Guerrero, decidieron ocupar el espacio que abandonó el Gobierno, e inteligente y oportunamente, organizaron un evento al que denominaron Primer Foro Nacional e Internacional sobre el impacto del Covid- 19 en la Ganadería Bovina y que se llevará a cabo vía Zoom en cinco sesiones a partir del próximo 11 de junio y hasta el 9 de julio, que es un tema que teóricamente debería estar atendiendo la autoridad correspondiente.
En el foro participan académicos de varias universidades sudamericanas, algunos de Estados Unidos y muchos de México, dirigentes gremiales y productores de varias zonas del país, lo que da la posibilidad de contrastar realidades, elaborar diagnósticos y remedios acorde a cada necesidad y región.
Evidentemente la idea es asistir a los productores del país, pero la diversidad de los ponentes permitirá obtener un panorama mucho más amplio sobre cómo se afectará la ganadería no sólo económicamente, sino desde el punto de vista psicológico y sociológico de la gente que se dedica a ella y en un futuro muy cercano; tratar de entender como será la vida y el comercio ganadero a partir del Covid en México y otros países con los que tenemos relación comercial.
Desde la perspectiva del pequeño productor pecuario que invariablemente busca información, asistencia técnica, económica y anímica cuando no hay dinero y a ultimas fechas no encuentra nada de eso, la iniciativa de estas universidades procura una bocanada de aire fresco al mermado espíritu de los ganaderos, el reto será ahora, como lo es siempre, la eficiencia con la que se puedan transmitir y aplicar las conclusiones del foro para que de verdad tengan utilidad práctica.
El diseño de un evento de esta magnitud e importancia, marca, aunque algunos no lo quieran ver así, un cambio importante en la relación de pesos y contrapesos del sector agropecuario, si las universidades como estamos empezando a ver, sustituyen, mediante esquemas bien diseñados y de fácil entendimiento, a la autoridad en las áreas de información, asistencia técnica y transferencia de tecnología, posiblemente el futuro de las actividades del campo sea mejor; no es secreto, en varios países desarrollados así funcionan, las escuelas de educación superior son referentes de gran calidad y prestigio.
Por lo pronto, más nos vale encontrarle la cuadratura a este círculo, porque habría que imaginarnos esta contingencia originada por el Covid-19 con escasez de alimentos, un asunto tan sencillo de ver, pero tan difícil de comprender, particularmente para un Gobierno conformado por amateurs.