Con un único gobernador, hoy enfrentado al Presidente de la República que ignora sus solicitudes de ser recibido en Palacio Nacional, luego de insinuar que estuvo detrás de los actos de violencia registrados recientemente en Jalisco y con minúsculas bancadas en ambas Cámaras del Congreso de la Unión, se ve difícil que sin aliarse a otros partidos políticos, Movimiento Ciudadano llegue a alcanzar los triunfos que sus dirigentes esperan lograr en las próximas elecciones.
Si bien Enrique Alfaro, principal y única figura emeceista parecía ser considerado de antemano como un posible fuerte candidato presidencial de oposición, que llegado el momento podría sumar el respaldo de otros partidos en las contiendas de 2021, para ganar más curules y escaños, algunas de las 15 gubernaturas, congresos locales y presidencias municipales que estarán en disputa, hoy ese panorama electoral ha cambiado.
DE ESTO Y DE AQUELLO…
Aun cuando el actual Gobierno de México parece tener muy poco interés en pertenecer o participar en organismos internacionales a los que suele criticar, con 187 votos a favor y cinco abstenciones, el país fue elegido como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, propuesta que fue hecha en el anterior sexenio priista.
El doctor Juan Ramón de la Fuente, exrector de la UNAM y exsecretario de Salud y actual representante permanente de México ante la ONU, ocupará ese cargo que por quinta ocasión en ese Consejo tiene la responsabilidad primordial de mantener la paz y la seguridad internacionales.
De manera sorpresiva, la semana pasada el Presidente propuso al subsecretario de Relaciones Exteriores para América de Norte, Jesús Seade, para presidir la Organización Mundial de Comercio, cargo al que al final de su sexenio buscó con afán el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari.
Como se recuerda, éste decidió declinar en víspera de la aprehensión de su hermano Raúl, como presunto responsable intelectual del asesinato de José Francisco Ruiz Massieu, quien era secretario general del PRI y virtual líder de la Cámara de Diputados, por lo que estuvo preso 10 años.
Esa postulación presidencial llamó la atención porque en lo que va del sexenio, el Ejecutivo federal ha mostrado sobradamente poco interés en asistir por no hablar más que español a eventos internacionales en los que solían participar sus antecesores, a los que no se cansa hoy de tildar de neoliberales y conservadores.
Tampoco ha mostrado interés en participación alguna en organismos internacionales, lo que ha ido alejando a México de esos escenarios y sólo se le conozca en fotografías, videos o por una gestión que le suele originar más críticas que reconocimiento porque lo suyo, lo suyo, es andar en campaña electoral.
