Para que la democracia suceda

HABLANDO DE DERECHOS

Jacqueline L´Hoist Tapia 

Cuando hablamos de democracia debemos tener en la mente por lo menos tres elementos fundamentales para su garantía: la libertad de expresión, la transparencia y la no discriminación. El concepto de democracia radica en ejercer el derecho que tenemos las personas de poder elegir, de manera libre e informada, a quiénes queremos que nos gobiernen, y ese derecho se sostiene en tres seguridades que sin ellas no podemos hablar de democracia.

La primera seguridad se da cuando sabemos que podemos decir lo que pensamos sin miedo a represalias y con la certeza de que por decirlo seremos respetados y además seremos escuchados y atendidos. Sin embargo, la libertad de expresión tiene un claro limite, “los mensajes de odio”, que no son más que aquellos llamados a causar un daño a una persona o un grupo de personas y, aunque siempre está la libertad de decir lo que nos venga en gana, siempre está la primicia de hacernos cargo de lo que decimos.

El segundo de esta tripartita es el derecho a estar informados, que no es más que el de conocer las situaciones de lo que nos rodea; y no sólo es un tema vinculado al manejo de recursos y presupuestos, sino también a la toma de decisiones.

La transparencia es el derecho a conocer la verdad y ésta debe ser clara, oportuna y accesible, pero también tiene sus límites y son los datos personales, ya que forman parte del derecho a la privacidad.

La última patita de la construcción de la democracia es la garantía del trato igualitario. Todas las personas con los mismos derechos en equidad, independiente de cada una de nuestras características, gustos, preferencias u origen. Toda conducta de exclusión basada en prejuicios, estereotipos y estigmas se entiende como discriminación.

Es por eso que la democracia hay que garantizarla y en nuestro país se hace a través de sus Poderes: el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Y para afianzarla necesitamos organismos que hagan realidad sus atribuciones y vigilensin sobrepasar sus límites; por eso la existencia de autónomos, tales como el INE, el Inai , la CNDH y organismo descentralizados como Conapred, Inmujeres, Sipinna, Injuve. Éstos nunca sobran; su libertad de gestión y/o técnico da un contrapeso necesario en las democracias, y su desaparición sería atentar contra el sistema que nos da seguridad para que la democracia suceda.