La vida después del Covid-19

DESDE EUROPA

Hector Badillo larazondemexico

La reapertura de las actividades cotidianas se está adaptando a la llamada “nueva normalidad” en todo el mundo ante la necesidad de reactivar la economía. Poco a poco los espacios públicos, negocios, teatros, restaurantes y otros lugares de esparcimiento social abren sus puertas a millones de personas que se mantuvieron durante meses al resguardo del coronavirus en sus hogares. Con el SARS-CoV-2 aún latente y sin una vacuna lista para prevenir el contagio, la innovación y el reto de adaptación ante el contagio han creado nuevas formas de llevar una vida medianamente “cotidiana” en medio del caos.

Algunos restaurantes y bares de Ámsterdam, capital de Países Bajos, han reformado sus espacios para adaptar mesas dentro de pequeñas cabinas hechas de vidrio para que los comensales estén separados totalmente y sólo los meseros con mascarillas, guantes y protectores de cara entren a estos espacios creados para dejar los platillos y así evitar contagios de Covid-19.

En Madrid, capital española, ya se prepara la opera de la Traviatta, de Giussepe Verdi, con un elemento fuera de lo común que cumple el distanciamiento obligado no sólo entre los asistentes del Teatro Real, sino también entre los artistas y músicos que participan en la puesta en escena. Según cifras de la dirección del teatro se invirtieron más de 8 millones de pesos (340 mil euros) en medidas de seguridad y se adaptan los ensayos y la puesta en escena para guardar la distancia mínima de dos metros entre los participantes. Todos los asistentes deberán usar mascarilla, se deberán tomar la temperatura antes de ingresar al teatro y el aforo no pasará el 50 por ciento para mantener la distancia social, clave para evitar contagios.

En Dinamarca se han impulsado los conciertos “Drive-in”, que han tenido una buena aceptación entre los amantes de la música y ya se están replicando en otras partes de Europa. Esta nueva normalidad creó lo que parece ser el futuro de la música en vivo, conciertos masivos que los asistentes disfrutan desde dentro de sus vehículos en un espacio que hace recordar los antiguos autocinemas que se hicieron famosos a finales de los años 50 y principios de los 60. Los asistentes al concierto encienden sus radios para escuchar la música y miran desde sus asientos todo lo que sucede arriba del escenario.

Otra de las innovaciones que ha dejado esta pandemia son las cápsulas transparentes creadas en Toronto, Canadá, para practicar yoga y otros deportes al aire libre, pero dentro de un espacio individual y seguro para evitar contagios. Cada domo transparente mide aproximadamente dos metros de alto y tres de ancho y se utiliza para distintas actividades deportivas, dentro de una clase pensada ciento por ciento en el distanciamiento social.

No sólo restaurantes, teatros y conciertos han sufrido cambios por el Covid-19; órganos tan importantes como la Corte Internacional de Justicia en La Haya, principal órgano judicial de las Naciones Unidas, se ha adaptado a estas medidas de distanciamiento al enmendar su reglamento para llevar a cabo audiencias a distancia y lecturas de sentencia por medio de videollamadas, sin necesidad de que las personas involucradas estén presentes en una sala. Una decisión que cambia por completo el formato de implementación de justicia en el país holandés.

Como ha pasado a lo largo de nuestra historia, los humanos tenemos la capacidad de aprender y adaptarnos a los nuevos retos que enfrentamos, en este caso, a un virus que ha puesto al mundo entero contra las cuerdas y que se mantiene activo ante los nuevos brotes que se están registrando en naciones que ya habían salido del estado de emergencia. La realidad es que hasta que no exista una vacuna no podremos volver a la vida cotidiana tal y como lo conocíamos antes del Covid-19 y, tal vez, haya que replantearnos si es momento de un cambio permanente para evitar una nueva pandemia como la que estamos viviendo.