Un antivacunas a Salud y Cuccinelli a Migración

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Apenas ayer, Donald Trump nombró a Ken Cuccinelli, exfiscal General de Virginia, director de la Agencia de Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS), que se encarga de dar respuesta a más de 8.7 millones de solicitudes cada año, en la que trabajan 19 mil empleados. Señalo estos datos, que fueron recuperados por otros medios, solamente para insistir en la dimensión y en el impacto que tiene la agencia.

La designación de Cuccinelli es una pieza más del rompecabezas nativista de Donald Trump. No nos engañemos, la agenda la marca la Casa Blanca con un sólo objetivo en mente: la reelección del presidente en 2020. Y, para hacerlo, necesita cumplir sus promesas de campaña y asegurar los votos de los evangélicos y de los supremacistas blancos.

A los primeros, los ha convencido con la promesa de revertir Roe versus Wade, la sentencia que hizo legal el aborto en Estados Unidos en 1973. En ese sentido, los nombramientos en la Corte Suprema del juez Gorsuch y del juez Kavanaugh, aunados a los intentos de 16 estados por modificar sus leyes, crean el escenario ideal para llevar la discusión a la Corte… y garantizar esos votos.

Y para los supremacistas, Trump creó la emboscada de los aranceles de la que di cuenta ayer; además, nombró a Cuccinelli en cuya primera declaración afirmó que su llegada a la agencia era: “para garantizar que el sistema de inmigración legal funcione de manera efectiva y eficiente al tiempo que pueda disuadir el fraude y proteger a los estadounidenses”.

Cuccinelli es conocido por sus políticas y retórica antiinmigrantes. En 2005, apoyó un proyecto de ley para prohibir a los inmigrantes indocumentados inscribirse en universidades estatales. En octubre pasado, declaró a Breitbart News que los estados fronterizos tenían el derecho de usar “poderes de guerra” para detener la caravana de migrantes centroamericanos. Cuccinelli también presentó un proyecto de ley en el Senado de Virginia que permitiría despedir a cualquier empleado que no hable inglés sin beneficios por desempleo; en dicho proyecto, comparó a los inmigrantes con “plagas” y “ratas”. Finalmente, intentó modificar la 14 Enmienda de la Constitución de Estados Unidos para eliminar la ciudadanía por nacimiento.

El nombramiento no es menor y, por ello, la elección de un perfil como el de Cuccinelli debe preocuparnos a todos. Poner al frente de la Agencia de Inmigración a un xenófobo-nativista es tan descabellado como nombrar a un terraplanista como director del Instituto de Ciencias, o a un antivacunas en México al frente del Sistema de Salud Infantil.

A este horroroso rompecabezas hay que sumar la filtración de la fotografía del acuerdo firmado con nuestro país que, por lo poco que se sabe, deja en una situación vulnerable a los migrantes.

Nada de lo que vemos con el gobierno de Trump supera la prueba mínima de decencia; tampoco hay dejos de humanidad ni de razonabilidad. Más temprano que tarde, nos lamentaremos.

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