Primero: En un país de más de 125 millones de habitantes con más de 300 mil contagios y las casi 37 mil muertes hasta ahora, podríamos argumentar que la afectación de la pandemia es mínima en México. La realidad no es así: para quienes pierden un ser querido queda claro que poco importan las estadísticas o la discusión de las mismas, si es global o por millón de habitantes; la impotencia que produce el dolor de perder un ser querido es mucho más grande que los propios números, esto sucede en cualquier parte del planeta.
Segundo: Al correr el tiempo, muchos han sido los cuestionamientos al científico, en referencia a la negación de la realización de pruebas masivas y el rastreo que debió realizar el Gobierno de los portadores sintomáticos y asintomáticos del Covid-19, así como el uso masivo del cubrebocas; pero al parecer el Dr. López-Gatell morirá en la raya negando que científicamente no está comprobado que las dos medidas que tomaron muchos países en México pudieron haber prosperado. El éxito de la pandemia en nuestro país siempre ha estado basado en la no saturación de hospitales, cuando muchos de los muertos ni siquiera alcanzaron a llegar a ellos.
Tercero: Queda claro que hacer predicciones en una pandemia es muy complicado; sin embargo, la comunicación del responsable de la estrategia en nuestro país ha sido muy cuestionada, algunas veces hasta por la misma OMS, que ha pedido al Gobierno mexicano ser claro en sus mensajes a la población. Por un lado escuchamos al Presidente decir que ha pasado lo peor y por el otro, escuchamos expresar “preocupación” al científico López-Gatell. Las estimaciones de contagios y muertes han sido rebasadas por la realidad, lo que ha mermado significativamente la credibilidad del experto en sus predicciones y como consecuencia su interlocución con los gobernadores.
Cuarto: Tuvo que salir la secretaria de Gobernación a salvar la comunicación con los estados, después de que el Dr. López-Gatell declarara que el problema de la pandemia se situaba en lo subnacional; es decir, en los estados, que han estado inconformes con el manejo del semáforo federal de la epidemia cada semana, al grado de haberse cancelado la semana pasada una reunión de salud con los mandatarios estatales. Queda claro que el Dr. López-Gatell ha perdido interlocución con algunos gobernadores.
Quinto: Lo más preocupante para la sociedad es la falta de certidumbre en esta nueva normalidad. Nuestro experto López-Gatell ya habla de rebrote, cuando ni siquiera hemos terminado de salir de la fase 3, según sus propias gráficas, y la mayor certeza es que en algunos estados muy pronto volvamos al tortuoso confinamiento del que quizá no debimos haber salido, cuando menos por unos meses más, como en otros países y después lentamente regresar a la normalidad.