Presidente aprobado; gobierno cuestionado

QUEBRADERO

Javier Solórzano Zinser larazondemexico

Mientras no haya una oposición fuerte y consolidada difícilmente el Presidente será refutado o podrán tener peso las ideas e información distinta a lo que plantea.

La palabra presidencial se mueve en los terrenos de algo así como la verdad absoluta. Por más que se planteen elementos diferentes con bases fundadas respecto de lo que dice el mandatario, al final es la palabra del tabasqueño la que prevalece y consolida.

El tiempo dirá cuáles serán las consecuencias que podrá traer el hecho de que no exista una oposición a la cual el Presidente se vea obligado a atender, no sólo como parte del proceso democrático sino, por sobre todo, porque le queda claro que no está teniendo influencia real y tangible.

El único que es escuchado, que es un referente y un factor real de influencia en términos nacional, es López Obrador. Es por ello que en el país no hablamos de otra cosa que no sea de él y es por ello también que se mueve por la libre, porque entiende y asume mejor que nadie que buena parte de la dinámica interna gira en torno suyo.

Lo que son las cosas, después de todo lo que ha vivido López Obrador en que han tratado de todo en su contra, lo que incluye un proceso electoral amañado, el triunfo le llegó en el mejor momento en función de la correlación de fuerzas políticas. Las actuales condiciones están permitiéndole echar a andar su proyecto y a tener control en la gobernabilidad.

No se ve por dónde se vayan a desarrollar las cosas en el mediano y largo plazo, más allá de las obsesivas elecciones de 2021. En lo inmediato está claro que el Presidente mantendrá altos niveles de popularidad, lo que muy probablemente llevará a Morena a conservar mayorías y a llevarse varias gubernaturas.

A pesar de que el Presidente no vaya a estar en las boletas, es claro que está sistemáticamente presente en el imaginario colectivo, no se vislumbra que surjan corrientes políticas que puedan tener el peso suficiente para contrarrestar la popularidad presidencial.

El video, más lo que se presume que viene, tiene al PAN y al PRI en donde el Presidente desde hace mucho tiempo ansiaba verlos y tenerlos.

Para adelantarse a lo que pueden ser las consecuencias del mediano y largo plazo, es importante apuntar que el Gobierno está entrando en los terrenos de la evaluación y exigencia ciudadana. La popularidad puede disminuir cuando los ciudadanos se vean afectados en áreas como lo económico; tarde que temprano se manifestará el sentir ciudadano ante la pandemia y habrá que ver qué pasa con el regreso a clases.

Hay indicios que no pueden pasarse por alto. Uno de ellos es que el Presidente tiene un alto nivel de popularidad, pero su Gobierno es cuestionado y en algunas áreas está reprobado.

El gran reto está en que se logre aparejar el discurso con la terca realidad. Un ejemplo es el manejo sobre la pandemia. Van al menos 4 salidas falsas en que se ha asegurado que se está empezando a tener control sobre el coronavirus, lo que no sucede en la terca realidad porque ésta alcanza los dichos del afamado vocero y del Presidente.

Existe una dosis de incertidumbre para el mediano y largo plazo. No va a ser suficiente con ganar las elecciones, porque si las políticas públicas no terminan por llegar a donde se ha prometido, y hoy se asegura que ya llegan, la realidad terminará alcanzando al Presidente con las consecuencias que traerá.

El mayor reto para el Gobierno no está en controlar o someter a la desinflada oposición. El reto ya está en la gobernabilidad, en sus planes de gobierno y en los resultados.

Quizá no se pase la cuenta en el 2021, pero después pueden aparecer los fantasmas, que en una de esas hasta le ayudan a la patética oposición.

RESQUICIOS.

Un juez de Los Ángeles encontró pruebas suficientes para que el líder de La Luz del Mundo llegue a juicio, se le acusa de 36 cargos de abuso sexual y violación. ¿Qué dirán quienes se pusieron el esmoquin y vestido largo para celebrarlo en Bellas Artes?

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