Ésta fue una muy mala semana para algunos gobernadores, legisladores, funcionarios públicos y peor aún, para exfuncionarios públicos que hasta hace poco sólo miraban los toros de la actual administración desde la barrera de la academia o de algún “despacho de asesoría”.
Hasta que sus nombres figuraron en las declaraciones del exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, hoy convertido en el gran ejemplar de corrupción confesa y traición convenida.
Pero también, ésta fue una muy mala semana para las mujeres en México que recibimos malas señales y peores mensajes, de extremo a extremo del país.
Sucedió en el Congreso de Sonora, en el estado de Chiapas y hasta en la Comisión Nacional de Derechos Humanos, que pecó de omisión como pocas veces.
En Sonora las cosas andan mal y es que algunos de sus legisladores, los más conservadores —que son lo más—, pretendieron votar la Ley Olimpia contra la violencia digital de género, pero a modo, reformada, amordazada.
“Sonora es un desierto” me dijo la activista Olimpia Coral Melo luego de narrarme el rosario de agresiones verbales, físicas, políticas y mediáticas de las que fueron objeto las activistas que protestaron en el congreso local el día en que se logró detener dicha votación.
Yo vi completos los videos de los hechos, mismos que “alguien” desde el congreso quiso manipular filtrando a algunos medios locales una edición tramposa, que pretendía simular que las agresiones venían del sentido contrario. Un acto vergonzoso de tan burdo.
Sonora, uno de los dos estados gobernados por una mujer en México, efectivamente parece un desierto para la defensa feminista, donde legisladores desacreditaron la redacción de una ley que está vigente ya en 22 estados de la república, pretendiendo “reforzarla”.
Y redactaron un Frankenstein que no describe con claridad ¿qué conductas son delito? ¿en qué espacios? y ¿bajo qué términos?, dando manga ancha a la impartición de justicia a modo y por ende a la revictimización de las víctimas.
“No se tienen que abrir a patadas puertas que están abiertas… Olimpia merece una disculpa de manera pública e individual por parte del Congreso de Sonora”, me dijo en entrevista la diputada local por Movimiento Ciudadano, María Dolores del Río.
Pero al día siguiente, lo que la activista Olimpia Coral Melo y sus compañeras recibieron públicamente, fue la amenaza de ser demandadas por actos de vandalismo, de acuerdo a lo dicho por el diputado local Jesús Alonso Montes Piña del PES.
¡Vaya sorpresa! que en el Congreso de Sonora haya legisladores a los que les preocupa más defender a los edificios, de las mujeres, que a las mujeres sonorenses de la violencia digital a la que están expuestas todos los días en su estado… ¡Todo mal!
Mientras tanto en Chiapas, siguen sumándose las preguntas al caso de las 4 mujeres indígenas que fueron detenidas en San Cristóbal de las Casas, en el marco de la investigación por la desaparición del niño Dylan Esaú, quien afortunadamente apareció sano y salvo.
Se dijo que estas mujeres, encontradas con 23 niños en una casa, podrían estar involucradas en una red de trata, pero los niños —que hoy están bajo resguardo del DIF estatal— resultaron ser sus hijos y hasta hoy no se han demostrado los cargos que se les imputan a ellas.
La Red Nacional por los Derechos de la Infancia, la organización Melel Xojobal A.C., y la Colectiva Cereza, junto con las familias de las detenidas, no han cesado en sus esfuerzos por su liberación, y hoy responsabilizan al Fiscal de Chiapas por la vida e integridad de los 23 niñas y niños retenidos y las cuatro mujeres indígenas presas.
Exigen a la FGR atraer el caso ante presuntas evidencias de discriminación institucional, fabricación de culpables y violación a los derechos humanos de las 4 mujeres de origen tzotzil, y realizaron una solicitud de medidas cautelares a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, para la protección de sus familias.
Porque en lo que respecta a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, esta semana estuvo más ocupada en dar la cara y despedir a Arturo Tapia Lugo, su recién nombrado director de Difusión, luego de que las “benditas redes sociales” dieran a conocer el video donde se ve a este sujeto golpeando a puño cerrado y ante la mirada de todos los pasantes, a una joven empleada del local de un centro comercial, a la que además gritó “puta al mejor postor”…
Así las cosas en el “cuidado” de los derechos de las mujeres en México, donde sólo en junio pasado 6,374 fueron víctimas de diferentes actos de violencia y 540 murieron por delitos tipificados como feminicidio, homicidio doloso y culposo…