Sin querer queriendo

SOBRE LA MARCHA

Carlos Urdiales larazondemexico

Como no queriendo la cosa, el juicio al pasado nacional con rostro de expresidentes vivos (excepto Luis Echeverría), avanza. El imaginario colectivo mira a Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña desfilar vestidos de beige hacia las entrañas de algún centro penitenciario de alta seguridad y altísima indignidad, esto equivale a proponerle al pueblo, en junio de 2021, si prefiere vengarse del pasado que juzgar un presente saboteado desde afuera por la pandemia y desde adentro por la incertidumbre transformadora.

El juicio en contra de los expresidentes (excepto Luis Echeverría) es el tema. Es el parque electoral que puede blindar a Morena, y a la 4T, de un probable descalabro. Es acicate que el Presidente López Obrador maneja a su antojo y administra con maestría. Él se desmarca de la operación revancha, lo suyo, reitera, no es la venganza, el rencor. Pero de millones más es su mero mole.

Así que los espontáneos se aprestan a cumplir el deseo no reconocido del mandatario: Ricardo Monreal desde el Senado se apunta a organizar a los legisladores. Gerardo Fernández Noroña, diputado siempre singular, se ofreció a salir a botear firmas para que esa cuña apriete.

Y los que faltan. Blogs, sitios alternativos, padrones de beneficiarios prestos a pagar los apoyos recibidos. Y todo para que al final la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) deseche por improcedente la monumental bola de humo pichada desde la lomita del Salón Tesorería de Palacio Nacional.

Mientras, el tiempo pasa, los dramas crecen y nuevos escenarios catastróficos se rebasan lo mismo por Covid-19 que por el PIB 2020; tenemos tema y circunstancia.

El expediente Lozoya y las desajustadas fechas con las que se señalan a otros protagonistas de tiempos idos, al anuncio del presunto compromiso de AHMSA para reintegrar el exceso recibido por parte de Pemex, que ayer mismo fue desmentido por Altos Hornos; sume otro caso de medios de comunicación en transformación.

La historia de la XEW nos remonta al eslogan: “La voz de la América Latina desde México” de la época del cine de oro, del desarrollo estabilizador, del terremoto de 1985, de la magia digital en WFM. A la sociedad entre Televisa y el español Grupo Prisa, a Carmen Aristegui, Carlos Loret y Javier Solórzano durante la elección del .56 por ciento a favor de Calderón.

Hace un año Grupo Coral compró a Televisa la mitad de su piedra fundacional. El acuerdo desde 2001 fue que Prisa gestionaba contenidos y Televisa lo demás. A la familia Alemán el acuerdo le resultó inviable, pagar 1,250 millones de pesos para sólo mirar nunca estuvo en sus planes. Y ejercieron lo que pudieron, los medios en México no pueden operarlos extranjeros.

Viene litigio entre accionistas e incertidumbre para integrantes de Radiópolis. Nueva historia que nace bajo sospecha ante la manifiesta y legítima cercanía de los nuevos dueños con el poder político que todo, todo transforma.

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