El jueves pasado, en una votación dividida 7 a 4, el Consejo General del INE determinó negarle el registro como partido político nacional a México Libre, organización encabezada por el expresidente Felipe Calderón, y su esposa, Margarita Zavala.
De entrada, los festejos se desbordaron entre los simpatizantes del presidente Andrés Manuel López Obrador y Morena; mientras que desde sus más férreos opositores brotaron señalamientos y acusaciones contra en INE, al que acusaron de dejarse presionar por el gobierno.
Al día siguiente, en un vídeo publicado en redes sociales, AMLO festejaba, al grado de casi mofarse, de la negativa contra México Libre. Eso, fue gasolina para reafirmar esas posturas.
Pero, ¿quién se beneficia realmente de sacar de la competencia electoral de 2021 a México Libre y a Felipe Calderón?
Primero, es importante recordar que, por ley, los partidos políticos nuevos deben participar solos en sus primeros procesos electorales. Es decir, México Libre no podría aliarse con otros partidos.
En ese camino en solitario, ¿a quién le robaría votos México Libre? Sin duda, no a Morena. Parece poco probable que un ciudadano simpatizante del expresidente Calderón, ante la ausencia de esa opción política, decida votar por Morena.
Los votantes potenciales del calderonismo, de mantenerse la negativa al registro en el Tribunal Electoral, tienen dos destinos naturales: la oposición, principalmente el PAN, o el abstencionismo.
Con eso en mente, el dirigente nacional del PAN no tardó en abrirle las puertas de vuelta a su partido a Calderón y Zavala con un mensaje en el que llamaba a anteponer el interés nacional a sus diferencias. Y aunque se antoja difícil que Calderón o Zavala le tomen la palabra, no puede decirse lo mismo de sus votantes.
Del lado del presidente López Obrador, desde una visión estratégica, la noticia no es positiva. México Libre debe haber sido parte de sus cálculos para dividir a la oposición y, en varias elecciones cerradas, quitarle al PAN votos que podrían terminar siendo la diferencia entre un triunfo y una derrota.
Además, para AMLO, la necesidad de un enemigo con quien contrastar está en su naturaleza. Y Calderón es perfecto para ello. No sólo está imposibilitado legalmente para competir por la presidencia en 2024, sino que pocos personajes generan tanto antagonismo y hasta motivación entre sus seguidores. Esto, sin olvidar que el juicio por narcotráfico contra Genaro García Luna en una corte en Nueva York, sería un componente ideal para la narrativa que el presidente busca imponer hacia 2021.
Es natural que la reacción de un opositor ante la negativa para participar sea contra el gobierno. Más cuando el presidente fue el primero es celebrarlo. Pero quizá Calderón y Zavala debieran buscar entre sus viejos amigos a quienes, al menos, salen beneficiados con su desgracia.
Del otro lado, y aunque la decisión del Tribunal es formalmente autónoma, es obvio que el gobierno y el propio presidente tiene espacios y medios para influir en su determinación. ¿Actuarán con la cabeza fría, estratégicamente o dejarán que los viejos resentimientos le quiten del camino un obstáculo a su oposición?