La sorpresiva aprehensión del exsecretario de la Defensa Nacional Salvador Cienfuegos Zepeda a su llegada a Los Ángeles el jueves pasado, no sólo es un brutal golpe al Ejército y al país, sino también al Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, que en ningún momento estuvo enterado de ello por su homólogo “amigo” Donald Trump, quien seguramente capitalizará esa acción en el tramo final de su campaña para reelegirse.
Nunca antes un titular de esa institución, a la que en lo que va de este sexenio el Ejecutivo federal le ha entregado innumerables tareas ajenas a su deber otorgándole recursos públicos sin precedente para ellas, había enfrentado acusaciones por narcotráfico y lavado de dinero, como quien fuera titular de Sedena en el gobierno priista de Enrique Peña Nieto.
DE ESTO Y DE AQUELLO
En su mañanera del viernes, el Ejecutivo federal calificó de “muy lamentable” la captura del exsecretario de la Defensa Nacional y advirtió que “quienes resulten involucrados en ese caso que estén en el actual gobierno, “van a ser suspendidos, retirados y puestos a disposición de las autoridades competentes”, aunque dijo que primero tendrán que comprobarse las acusaciones.
Ayer en su gira por Tabasco, su entidad natal, declaró en el municipio de Ostuacán, que ni al general Cienfuegos ni a Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública en el sexenio calderonista, se les debe sentenciar antes de que se demuestre su culpabilidad en las acusaciones por narcotráfico que les imputan las autoridades estadounidenses.
Sin embargo, señaló que ambos son representativos para demostrar la profundidad de la crisis y decadencia que dejó la política neoliberal en México que tanto empobreció al país porque “sólo se favoreció a una minoría rapaz y el predominio del dinero que impidió el avance del país y empobreció a la mayoría”.
A temprana hora del domingo circuló la versión de que el general Luis Cresencio Sandoval, secretario de la Defensa Nacional, había dado positivo por Covid-19, pero él mismo lo negó a través de las redes sociales y agradeció los deseos de salud que recibió, al tiempo que se los expresó al almirante José Rafael Ojeda, titular de Marina, quien sí informó que se confinaría, tras hacerse esa prueba y trabajará en casa.
Al menos en Coahuila e Hidalgo en donde ayer hubo elecciones de diputados locales y presidencias municipales, el PRI volvió a la ruta de triunfos: en el primero aventajaba anoche en 13 de 16 distritos y en el segundo, de 15 alcaldías que hoy tiene llegará a por lo menos 25, de acuerdo a los primeros resultados tras cierres de casillas. Ambas entidades son gobernadas por los priistas Miguel Ángel Riquelme y Omar Fayad Meneses, respectivamente