EU vs. Google

VOCES DE LEVANTE Y OCCIDENTE

Gabriel Morales Sod
Gabriel Morales Sod larazondemexico

Con la excepción de Mark Zuckerberg y Jeff Bezos todos hemos visto cómo las grandes empresas de tecnología como Google, Facebook y Amazon se han convertido en hipermonopolios, hasta el punto que es posible comparar el poder, la riqueza y el tamaño de éstas al de varios Estados. Los efectos nocivos de esta concentración del mercado son muchos. Similar a lo que sucede con otros monopolios, cuando estas empresas controlan casi la totalidad del mercado se pueden dar el lujo de comportarse como les plazca. El objetivo de todas ellas es vender lo más que se pueda, sin importar que en el camino terminen con miles de pequeños negocios o desarrollen productos que nos vuelvan adictos y nos radicalicen políticamente.

Cuando una empresa concentra tal cantidad del mercado es casi imposible crear alternativas que puedan competir con ellas; y la única manera de detenerlas, a estas alturas, es entonces a través de la intervención gubernamental. Sin embargo, como las legislaciones antimonopólicas alrededor del mundo no se han adaptado con suficiente rapidez al avance de la tecnología, estas empresas han tenido la libertad e impunidad de crecer, aprovechándose de los huecos y las áreas grises de la ley. Amazon utiliza los datos de algunos de los vendedores que se anuncian en su sitio para producir bienes similares de marca propia y eliminar así a cientos de pequeños productores; Facebook terminó prácticamente con toda posible competencia cuando adquirió Instagram y WhatsApp y Apple cobra 30 por ciento a todas las aplicaciones que se anuncian en su appstore, creando así condiciones ventajosas casi insuperables para sus propias aplicaciones.

Para tratar de regular a estas empresas, sin embargo, no basta con nuevas legislaciones, sino que es necesario valor y capital político. Enfrentarse a empresas que invierten anualmente millones en lobistas, campañas publicitarias y campañas de políticos que las favorecen, se vuelve cada día un reto más complicado. Sorpresivamente, la semana pasada, en una decisión que podría cambiar la manera en que se comportan estas empresas, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos anunció una demanda antimonopólica en contra de Google, que, entre otras cosas, ha utilizado millones de dólares, y a compañías como Apple para convertirse en el buscador principal en el mercado.

De ganar esta demanda, el Gobierno estadounidense puede establecer un precedente importantísimo que se convertirá en base para tratar de detener las prácticas monopólicas de todas estas compañías. La batalla será ardua, el resultado es incierto. Una derrota podría significar el reino total de estas empresas sobre nuestra sociedad.

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