Turbios negocios privados: Cabal, Indep y el Tren Maya

BAJO SOSPECHA

Bibiana Belsasso
Bibiana Belsasso Foto: larazondemexico

El Presidente López Obrador canceló de un plumazo el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México en Texcoco.

Sus argumentos principales fueron los temas de corrupción, particularmente la compra de terrenos aledaños al aeropuerto a precios muy bajos, hechos, dejó trascender, por cercanos al Presidente Enrique Peña, porque una vez construido el aeropuerto, el valor de esos predios sería de cientos de veces su precio original.

Pues esas mismas prácticas las aprendieron muy bien en el actual Gobierno de la 4T, desde el Indep, el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado. Con la dirección de Ricardo Rodríguez Vargas y, se dice que, con la venia de la oficina de Alejandro Esquer Verdugo, secretario particular del Presidente de la República, se intentaron hacer negocios millonarios con los terrenos aledaños al nuevo Tren Maya.

Y es así como el famoso empresario Carlos Cabal Peniche presentó una serie de ofertas formales a través de una empresa llamada JA'AS de Calidad S.A. de C.V., identificada con el RFC JAC140804V37 para comprar los derechos litigiosos de unos terrenos que abarcan hectáreas en el tramo 3 que va de Calkiní a Izamal.

Son 5 predios rústicos, de la empresa Yucatán Exports & Imports, que llevan años en un juicio contra Banrural. En los documentos se habla de predios rústicos, para minimizar su valor. La realidad es que son terrenos, cuyo valor, una vez terminado el Tren Maya, para fines turísticos será incalculable.

Justo cuando el litigio estaba por concluir, la empresa de Cabal Peniche presentó una oferta por esos derechos litigiosos por 6 millones 779 mil 78.60 pesos.

Finalmente, esa oferta fue aprobada por el Indep de Ricardo Rodríguez Vargas por 8 millones 510 mil pesos. Se recuperaría sólo el 7.32 por ciento del valor actual de esos terrenos, actualmente valuados en unos cien millones de pesos y cuyo precio real, pero sobre todo, una vez terminado el Tren Maya, ascenderá dramáticamente.

Y es así como con los derechos litigiosos, Cabal Peniche se pretendía hacer de estos predios. Unos terrenos por los cuales pagaría poco más de 8 millones de pesos y en unos 4 años, terminado el tren, su valor será de millones de dólares.

La empresa JA'AS, constituida el 4 de agosto del 2014, tiene como actividades la deshidratación de frutas y verduras, el comercio al por mayor de frutas y verduras, al igual que la siembra, el cultivo y la cosecha de otros frutales.

Pero llama la atención que Cabal Peniche no aparece públicamente, y su representante legal es una señora con domicilio en el centro de Tabasco.

Gráfico
Gráfico ı Foto: larazondemexico

También llama la atención la rapidez con la que se aceptó esta oferta. Son varios los rasgos inusuales en esta operación. La rapidez con la que se pretendía darle carpetazo a ese asunto es de alarmarse, por lo corto que fue el periodo que transcurrió desde la recepción de la oferta por parte de la empresa JA'AS, que fue el 1 de junio del 2020, la dictaminación y aprobación de su aceptación, que fue el 8 de junio del 2020, y la formalización del convenio de cesión de derechos litigiosos respectivo, que fue el 12 de junio de 2020.

En tan sólo 12 días se aprobó esta transacción en donde, además, la dirección proporcionada por la empresa JA'AS de Calidad, S.A. de C.V. no se ha podido localizar ni en Internet ni en el domicilio señalado. Todo hace suponer que se trata de una empresa fantasma.

Una vez que entra Jaime Cárdenas Gracia al Indep, se percata de estos movimientos y solicita a la Unidad de Inteligencia Financiera investigar a la empresa JA'AS. En la UIF, al darse cuenta de los manejos oscuros de esta empresa, se le congelan las cuentas. En ese entonces no se sabía que la empresa era de Cabal Peniche.

El empresario tabasqueño tampoco se escondió del todo para hacer estas compras, frecuentemente visitaba las oficinas del Indep, y en las pláticas que sostuvo con Ricardo Rodríguez aseguraba que esos terrenos serían para cosechar frutas.

Si eran para cosechar mangos y pitayas como decía, ¿para qué comprar los derechos litigiosos de estos terrenos, justo a la orilla de una de las estaciones donde habrá más prosperidad del Tren Maya, apresurando la transacción para que se hiciera en tan sólo 12 días, en lo oscurito y sin que éstos salieran a una subasta pública, donde otros compradores pudieran presentar ofertas?

Por todos estos temas era común ver por las oficinas de Ricardo Rodríguez Vargas a Carlos Cabal Peniche. La familiaridad con la que ambos se trataban habla de una cercanía personal entre estos dos personajes.

Por cierto, éste no es ni remotamente el único negocio que hizo Cabal Peniche con el Indep, algunos se llevaron a cabo, como compra de casas, coches y joyas, obvio, con avalúos que nada tienen que ver con el valor real; otros, como esta compra, se cancelaron una vez que Ricardo Rodríguez fue removido del Indep y estos actos de corrupción llegaron a oídos del Presidente de la República.

Esto apenas es la punta de los actos de corrupción que se han dado al interior del Indep. Y justo en momentos de pandemia, tan críticos como los que vivimos en México, en vez de poder recuperar algo de  dinero para, por ejemplo, apoyar al sector salud, como siempre, sólo algunos se benefician de estos negocios.

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