El desenlace que puede tener la elección en EU provoca una incertidumbre que va más allá del propio país.
Las amenazas que ha lanzado Donald Trump, en el sentido de que podría no reconocer los resultados, construyen escenarios inéditos para un proceso electoral que empieza a cargar con fantasmas de violencia y el cuestionamiento al proceso electoral.
La estrategia en que podría basarse el presidente se centra en querer hacer valer los primeros conteos de votos, los cuales van a llegar directamente de las urnas y que presume serían a su favor.
Los más de 75 millones de sufragios que ya han sido enviados en estas semanas llevarán otro tiempo para que entren a la contabilidad. Es probable que en la madrugada del 4 de noviembre se pueda tener con claridad lo que hayan decidido los electores. Lo que es un hecho es que, a pesar de lo que diga y reclame Trump, son votos igual de válidos que los que se lleven a cabo en las urnas.
En función de las encuestas todo indica que Joe Biden lleva una ventaja importante en estos momentos. Se presume que Trump cuestionará los votos anticipados por la presunta irregularidad que se presenta en el sistema postal, al tiempo que insistirá en querer hacer valer los primeros votos directos en casillas como una tendencia manifiesta a su favor.
No está muy claro ni quién va a ganar ni qué puede pasar, a pesar de que las encuestas están colocando una ventaja para Biden y Harris, tanto en los votos totales como por estado que al final son los que determinan la elección.
EU está pasando por un proceso de transición interna quizá como nunca antes lo había vivido. Muchas cosas están cambiando, empezando, sin la menor duda, por la nueva composición social que se está conformando en el país.
Las minorías van creciendo, lo que está llevando a la nación paradójicamente a regresar a sus orígenes, o sea la interrelación de razas.
Un dato significativo es que los hispanos ya representan el 13% de los votantes, superando a los afroamericanos quienes hoy son el 12%. Del total de 325 millones de habitantes 61 millones son hispanos.
No es una elección más porque de por medio se puede estar encontrando la transición entre un país que tiene que cambiar, lo contrario puede ser la agudización de conflictos internos y divisiones inéditas que lleven a un mayor deterioro social y económico que repercuta en su economía y en el camino también del precario orden mundial.
El pasado, si bien puede tener que ver con sectores conservadores dominantes, no está respondiendo a una transformación interna que se ha venido estableciendo de manera inevitable a través de cambios paulatinos que pudieran no verse, van conformando una cotidianidad y forma de ver al país diferente.
Sin ser la gran alternativa Joe Biden forma parte de una concepción y formación distinta. La importancia del demócrata pasa por el entorno que lo acompaña. Se ha venido abriendo paso una nueva generación de demócratas que están entendiendo y viviendo el país de manera distinta.
EU puede estar entrando en un proceso en donde si no cambia sus paradigmas internos pudiera perder el espacio, peso e influencia que ha tenido y tiene en el mundo.
El gran dilema del martes está en una elección competida, brava y legal o que aparezcan los fantasmas de los cuestionamientos y la violencia.
RESQUICIOS
La bronca en cuatro tiempos.
1. El Presidente dice que se le ha dado de más a muchos gobiernos estatales, “hasta nos deben”.
2. El titular de Hacienda dice que el pacto fiscal lo aprobaron con Felipe Calderón.
3. Olga Sánchez Cordero se reúne con 15 gobernadores, a los de la Alianza Federalista no los invitaron o si los invitaron nomás no fueron.
4. El gobernador de Jalisco pide diálogo y asegura que no le debe nada al SAT y que más bien sí le deben.
En eso andan.