Una elección incierta

QUEBRADERO

Javier Solórzano Zinser Foto: larazondemexico

EU está en medio de un controvertido proceso electoral. Las singularidades bajo las que se desarrollan las elecciones el ganador no se define por el total de votos recibidos.

Esto significa que no es la mayoría quien decide, sino que es a través de lo que se decide en un todo o nada en los estados como se determina al ganador.

Pocas veces como hoy EU había tenido un proceso de tanta incertidumbre. No se vislumbra con claridad quién puede ganar, pero, sobre todo, está en el imaginario colectivo el que uno de los contendientes no necesariamente va a reconocer el resultado.

Trump ha insistido en que las elecciones ya tienen una serie de irregularidades lo que no da certidumbre al proceso. El hecho de que buena parte de los sufragios se está emitiendo a través del servicio postal, en buena medida por la pandemia que particularmente ha atacado como en ningún otro lado al país, lo cual está siendo motivo para que el presidente fustigue, critique y desacredite la elección. Trump no cree en uno de los sistemas postales que se reconocen como de los más efectivos en el mundo.

Por más que las encuestas ubiquen como favorito a Joe Biden el resultado está en el aire. Una de las razones tiene que ver con que no está claro si los electores en los sondeos están en verdad diciendo por quién van a votar o están escondiendo su intención.

A esto se suma que en muchos estados, particularmente los que se conocen como bisagra, no queda claro cuál va a terminar por ser la decisión de los ciudadanos. Los inéditos también están en la reacción de los actores políticos y de los ciudadanos.

Si Donald Trump es derrotado y no reconoce el resultado el problema no solamente es lo que haga o no haga, lo que provoca dudas e inquietudes mayores es lo que pudiera pasar con los ciudadanos de un signo político u otro.

La elección camina por los terrenos de la polarización. En estos días se ha podido ver cómo los ánimos se han ido calentando y confrontando. Se han presentado incidentes sobre todo cuando de manera inevitable se han encontrado en calles y carreteras los simpatizantes de Trump y Biden.

EU enfrenta un proceso electoral fundamental en medio de una crisis marcada por la pandemia y también por las grandes diferencias sociales y económicas que han alcanzado a numerosos y amplios sectores. La pobreza en el país ha crecido, porque no se ha podido revertir el estado de las cosas.

Si bien hay avances, los cuales Trump trata de ponderar a como dé lugar por las elecciones, se requiere de tiempo para que EU pueda recuperarse. Lo que ya no se puede pasar por alto es que internamente está teniendo conflictos sociales que van creciendo.

Gane quien gane, este tema debe ser una de las prioridades para la gobernabilidad. Se requiere de una estrategia de conciliación, porque los signos de racismo y brutalidad policiaca están llevando al país a una división interna de consecuencias insospechadas.

Sin que nuestro país sea un actor importante en el proceso es evidente que lo que pase nos va a afectar. Si ganara Trump, López Obrador tendría que hacer menos vericuetos de los que se vería obligado a hacer en caso de que fuera Joe Biden.

En este caso seguramente se tendrá que aplicar aquello del remedio y el trapito; sin embargo, es importante considerar que hay temas de la agenda común los cuales el gobierno tendrá que revertir lo que se ha hecho hasta ahora con Trump, particularmente medio ambiente y energías fósiles asuntos centrales en la agenda de Biden.

Hoy seremos testigos de una elección inédita, la cual pudiera romper equilibrios en una nación que todo indica se ha metido en los terrenos del antes y después.

RESQUICIOS

Derivado de grandes trabajos periodísticos, tarde que temprano tendría que aparecer Emilio Zebadúa como parte de la Estafa Maestra. Según Reforma se ha ofrecido como “testigo colaborador”, figura que con Lozoya nos tiene en la confusión y opacidad a lo que se suma que seguimos sin verlo.

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