Las elecciones de este martes en Estados Unidos serán un hito para el futuro de ese país, pero también para el de todos nosotros, incluyendo una relación bilateral cada día más compleja.
Son muchas las cosas en juego en esta elección, que además se da en un marco en el que el presidente Donald Trump ha asegurado, desde el debate y tiempo atrás, que podría darse un fraude electoral.
Hoy la democracia de Estados Unidos podría estar en juego. Al momento de escribir estas líneas todavía no hay resultados, pero tampoco se podrán contabilizar los votos al cien por ciento para este martes en la noche.
Se ha hecho una votación histórica por correo, dada la crisis por Covid 19, mismos votos que no se contabilizan inmediatamente.
Si las tendencias no tienen un amplio margen, muy probablemente no se podrán tener los resultados electorales.
Habrá que ver qué tanto de la votación temprana, que ha sido histórica y que ha sido récord, pertenece al tema de correo, porque éste no se cuenta el mismo día de la elección, sino que tarda un tiempo.
Sin un resultado contundente, Trump, sin duda, intentará hablar de un tema de fraude electoral.
No obstante, en Estados Unidos, las instituciones funcionan muy bien y, aun cuando las tendencias no favorezcan a Trump, como todo parece indicar, tendrá, quiera o no, que abandonar la Casa Blanca.
Lo cierto es que todo el día de ayer, durante la jornada electoral, Donald Trump no dejó de hacer campaña. Su principal promoción es asegurar que la economía en Estados Unidos tiene un crecimiento importante.
Y es que las encuestas, por ejemplo la de CNN, aseguran que 34 por ciento del electorado votará por quien garantice la economía; 21 por ciento, por quien trabaje a favor de la equidad racial, y 18 por ciento, por la forma en que se ha manejado la pandemia del Covid-19.
Joe Biden ha apostado a la igualdad en el país y a la no polarización. Y así han sido muchos de sus anuncios de campaña: el amor puede más que el odio; la esperanza al miedo y la luz es más poderosa que la oscuridad.
Se blindan ante posibles disturbios
El propio expresidente Barack Obama ha trabajado en esta campaña a favor de Joe Biden para mandar el mensaje de que pronto se tiene que salir del desastre que se vive en Estados Unidos en este momento.
Es probable que ayer hayan votado más republicanos, porque los republicanos votan más en persona y los demócratas votan más de manera anticipada, por correo. Ésos son los votos que se contarán en el transcurso de los días.
Tampoco es de espantarnos, ya ocurrió en el año 2000, cuando los resultados electorales tardaron días en la elección de Al Gore contra George Bush Jr.
Y es que el sistema electoral en Estados Unidos es distinto; se habla de colegios electorales y no de votos independientes.
Por ejemplo, en la elección pasada, entre Hillary Clinton y Donald Trump, en número de votos ganó la demócrata, mas no en distritos electorales y por eso el republicano se llevó la presidencia.
Precisamente, en estos últimos cuatro años se han modificado los distritos electorales. Así me lo explicó Juan Pablo de Leo, periodista, especialista en Estados Unidos.
“Por una parte es el tema de la supresión de voto, que ha sido uno de los temas más importantes en esta elección; el hecho de que justamente con ese sistema puedas evitar que minorías, como afroamericanos o como latinos, estén votando y ésa es una estrategia que ha utilizado el Partido Republicano en los últimos cuatro años, la redistritación de cierta manera en la que tú recompones las demografías de las ciudades y de los estados para que te favorezcan electoralmente.
“¿Qué es lo que pasa con el voto popular? Generalmente el voto popular lo ganan los demócratas, lo han ganado en todas las elecciones de los últimos años, menos —justamente— en la elección del 2000, en la que Bush sí ganó el voto popular.
Los demócratas están acostumbrados a ese voto popular. En donde tienen el problema es en la estrategia demográfica del Colegio Electoral, en donde las últimas fechas y a partir de la data, por ejemplo, de Cambridge Analytica, con lo que ocurrió hace cuatro años, tienen una mayor información de cómo llegar y cómo influenciar ese voto demográfico en las diferentes áreas.
Entonces, ¿sirve el Sistema Electoral norteamericano? Sí sirve, les ha funcionado durante muchos años, entienden las reglas; el tema son las herramientas y las estrategias modernas que lo que quieren hacer es suprimir el voto y darle más peso a un voto blanco masculino que a un voto de minoría y, por ejemplo, de una mujer”.
Lo cierto es que hoy en Estados Unidos se habla de fraude sin prueba alguna; hay manifestaciones callejeras y se hizo todo para ahuyentar el voto de las minorías.
Esperemos que las tendencias marquen claramente a un ganador, si no la incertidumbre dará espacio a la violencia, a los ataques y al miedo.
Ayer, muchas de las calles en Estados Unidos lucieron vacías; en otras hubo riñas. La gente tiene más miedo a esta elección que a la pandemia. Y mientras tanto, Estados Unidos se polariza cada día más.
Y esta elección está más cerca de México que nunca. A partir del resultado, habrá que ver cómo se trabaja en los temas económicos y de seguridad.
Por ejemplo, se podría modificar el destino de Genaro García Luna, cuya próxima audiencia será en diciembre. Él se ha declarado inocente y su futuro podría cambiar si Trump pierde. Pero esto es sólo uno de los tantos cambios que podría haber con la relación bilateral, dependiendo del próximo inquilino de la Casa Blanca.
