¿Por qué se inunda Tabasco?

JUSTA MEDIANÍA

David E. León Romero
David E. León Romero La Razón de México

Duelen las experiencias por las que atraviesan los mexicanos del sur de nuestro país, quienes sufren por las lluvias y los escurrimientos que se registran en las comunidades. Duele la pérdida de vidas humanas a causa de una combinación de factores de carácter natural y humano. Duele también la pérdida del patrimonio de las familias que recurrentemente sufren de inundaciones en sus viviendas.

De manera responsable, el Gobierno de México ha concentrado sus esfuerzos en auxiliar a los estados del sur de nuestro país, que se han visto envueltos en estas contingencias. El fenómeno es recurrente. La historia registra eventos relevantes desde 1879, es decir, el fenómeno tampoco es nuevo. Ya lo hemos insistido antes, los desastres no son naturales, son una mezcla de distintos elementos que configuran pérdidas y dolor. En tanto no valoremos que nuestras acciones tienen consecuencias directas y continuemos culpando a la naturaleza de nuestro sufrimiento, será difícil modificar la realidad.

La mezcla es de factores naturales con decisiones humanas. Tabasco es la entidad de nuestro país que mayor lluvia recibe, es decir, en ninguna parte de nuestro territorio llueve tanto como en Tabasco. Más de 70 por ciento de lo que llueve se registra justamente en esta temporada, entre los meses de junio a noviembre. Gran parte de su territorio registra elevaciones no superiores a los 30 metros sobre el nivel del mar. Por otro lado, las modificaciones que se han generado históricamente a los cauces originales de los ríos afectan el sistema completo. No podemos dejar de lado el azolve de los ríos que les restan capacidad, además de la política en el manejo de las presas de la región que por momentos se ven obligadas a desfogar volúmenes importantes de agua que acrecientan el riesgo.

En contraparte, existe una enorme exposición de población e infraestructura que se encuentra en zonas bajas y zonas de riesgo que a menos de que se registre un cambio radical, continuarán sufriendo periódicamente de los efectos del agua.

Son diversos los esfuerzos que por años se han realizado para generar obras y programas que permitan atenuar los efectos de la lluvia en ese territorio; sin embargo, ante los efectos del calentamiento global, el crecimiento demográfico, los asentamientos humanos en las zonas de riesgo y el deterioro de la infraestructura, resulta prioritario replantear y coordinar esfuerzos radicalmente.

No podemos dejar de lado los pronósticos resultantes de diversos estudios que, ante las características de los estados del sur de nuestro país, especialmente Tabasco, lo ubican y categorizan como uno de los más vulnerables y posiblemente más afectados ante el cambio climático y el incremento de los niveles del mar.

Reconocemos, al margen de todos estos elementos, la gran labor de miles de soldados, marinos, rescatistas y gran variedad de servidores públicos y voluntarios que arriesgan su vida y su seguridad por auxiliar a los mexicanos en emergencia y desastre. Solidaridad y atención para las familias del sur de México, a la par, un modelo definitivo para atacar las causas.

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David E. León Romero