Félix Salgado Macedonio

COLUMNA INVITADA

Eduardo López Betancourt Foto: Especial

Referirnos a un político de la talla de Félix Salgado Macedonio, constituye un justo motivo y pleno reconocimiento a la cultura del esfuerzo. Nació en la Tierra Caliente de Guerrero, en condiciones difíciles, pero alcanzó por su empeño, el título de ingeniero agrónomo.

Incursionó en el periodismo en una excelente dimensión de honestidad y valor y con esa popularidad que desde su inicio mantuvo, se lanzó por una diputación federal: mostró en la Cámara de Diputados el fraude de que había sido víctima, llevó consigo “costales” de votos quemados en su perjuicio. Así nació la leyenda nacional, la de un hombre que sería ejemplo y motivo de admiración.

Siempre luchando, ocupó en varias ocasiones la diputación federal y el Senado de la República; evidentemente se le acusó de excesos, mismos que fueron producto de insidias y calumnias.

Contra viento y marea peleó para ser Presidente Municipal de la Ciudad y Puerto de Acapulco, lo logró a pesar de las mafias, que siempre han encontrado allí un bastión de poder y corrupción.

Cuando concluye su mandato municipal, con toda la vocación periodística abrió uno de los canales de comunicación de corte nacional y amplia respetabilidad. No dudó en ningún momento en mantenerse a lado de su antiguo amigo y correligionario, al actual Presidente, Andrés Manuel López Obrador, que siempre le ha reconocido lealtad, honestidad y congruencia ideológica. Logró nuevamente ser senador, donde siempre destacó como excelente parlamentario.

Félix jamás ha dejado su sentido popular y camina “sin guaruras” por todo el territorio guerrerense, siempre admirado, querido y seguro, con una popularidad envidiable. En el pasado triunfó para ser Gobernador, pero la perversidad de los hombres del poder anuló su triunfo, algo que más aún lo identificó con el actual mandatario.

Ahora Félix es seguro triunfador, pero se enfrenta a un nuevo enemigo, supuestamente de la misma Casa, a lo que se ha denominado “fuego amigo”, proveniente de supuestos correligionarios, que sin historia, ni raigambre, buscan el mismo cargo.

A todas luces lamentable que quienes sin haber demostrado jamás un trabajo constructivo de carácter social, ahora por relaciones familiares, por un nepotismo descarado, se han dedicado a atacarlo con imputaciones baladíes, llenas de perversidad, pero que sin duda no habrán de minar la respetabilidad que ha logrado de los votantes.

A impresentables sujetos se unen quienes gracias a sus cargos públicos han amasado fortunas inconmensurables, que con poco buscarles no demostrarán el origen lícito de esos capitales inimaginables que disfrutan y usan para dañar la imagen de Félix.

El pueblo, quiérase o no, está con Félix. Ha recorrido su entidad infinidad de veces, a diferencia de sus contrincantes que solo hacen campañas con espectaculares en zonas urbanas o bien, utilizan la intriga y se ocultan tras las redes sociales para “inventar” encuestas más falsas que una moneda de tres pesos.

Félix, cualquiera que sea el partido que lo promueva, será la garantía más absoluta para Gobernador