Paso acelerado

JUSTA MEDIANÍA

David E. León Romero La Razón de México

Concluyó la temporada de Ciclones Tropicales 2020. Una temporada intensa en la que se rebasaron los pronósticos. Nos dejó dolor particularmente en Centroamérica y en los estados del sur de México. Estuvo caracterizada por 30 ciclones tropicales, de los cuales 13 alcanzaron la categoría de huracán. El 2020 será uno de los tres años más calurosos de la historia y la década comprendida entre 2011 y 2020 será la más calurosa de la que se tenga registro.

Las señales de auxilio que nos manda el planeta son claras: inundaciones, incendios forestales, mayor número de eventos hidrometeorológicos de mayor intensidad y con ellos, emergencias, desastres y afectaciones sociales de gran profundidad. El calentamiento global es una realidad; el Ártico se calienta a mayor velocidad que los demás sitios del planeta. El incremento en las temperaturas provoca mayor precipitación. En contraparte, algunas zonas del planeta sufrirán de sequía extrema. La Organización Meteorológica Mundial, en uno de sus últimos reportes, asegura que el avance del cambio climático es mucho más acelerado de lo previsto.

Atentar contra nuestros ecosistemas es atentar contra nosotros mismos. El impacto ambiental está alimentando el calentamiento global y nos introduce en una espiral de la que será difícil salir si no logramos sumar pequeñas acciones que en conjunto puedan hacer una diferencia.

¿Qué deberíamos estar haciendo para dejar de ser parte del problema y construir soluciones?

Reducir la utilización de combustibles fósiles: En nuestra vida diaria podemos sustituirlos utilizando vehículos híbridos o eléctricos, reemplazando el uso de nuestros coches por la bicicleta y el transporte público; además, podemos sustituir el consumo de gas en nuestras viviendas para calentar agua mediante la utilización de calentadores solares, que hoy tienen precios mucho más accesibles y retornos de inversión más cortos.

Diseñar ciudades sustentables: No es posible continuar con un diseño de ciudades donde los sitios de trabajo se encuentran tan lejos de nuestras viviendas. La mezcla de usos de suelo y servicios, permiten que podamos vivir muy cerca de nuestros centros de trabajo y que tengamos todos los servicios a la mano evitando así grandes traslados, lo que se traduce en menor consumo energético, mayor calidad de vida y menor impacto ambiental.

Usar el agua de manera distinta: Es urgente aprovechar el agua de lluvia y evitar que su acumulación se convierta en una amenaza; no todos los usos del agua requieren la misma calidad, con esto me refiero a que el agua de nuestros escusados o del riego no necesariamente tiene que ser potable y podría ser tratada; debemos reutilizarla y reciclarla, disminuyendo así la presión en nuestros mantos acuíferos y disminuyendo la descarga de aguas contaminantes a los ecosistemas.

Sembrar y no talar: Es indispensable reforestar nuestros bosques y terminar de una vez por todas con la deforestación.

Éstas son sólo algunas de las acciones que podríamos emprender para disminuir este paso acelerado. Si no actuamos, no podemos hacernos los sorprendidos ante las emergencias y los desastres que nos impactan, en parte derivados del calentamiento global.

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