2020, no todo es para el olvido

BRÚJULA ECONÓMICA

Arturo Vieyra
Arturo Vieyra Foto: larazondemexico

En el ocaso del 2020, el mundo entero agradece el fin de este ciclo, debido a que este año pasará a la historia como una de las grandes tragedias de la era moderna. No es para menos, el impacto de la pandemia sobre todos los ámbitos de la vida humana ha sido muy profundo y devastador en muchos casos.

En el caso de México no es diferente. La caída de la producción —que no tiene parangón alguno en la historia—, los efectos del confinamiento y la crisis de salud nos dejan lecciones que no debemos pasar por alto en el futuro. Es menester hacer un profundo y objetivo reconocimiento de las fallas y aciertos que tuvimos en este aciago año, lo cual, no es una tarea fácil en estos tiempos donde el encono político y la subjetividad han rayado en muchos casos hasta la infame denostación del todo.

En efecto, en medio de la peor crisis de la historia hemos sido testigos y a veces partícipes de tremendos vituperios de uno y otro bando que han nublado la escena a tal grado que, en muchas ocasiones perdemos la esencia de la problemática económica y social.

La crisis nos puso al descubierto, nos desnudó por completo, mostrando las grandes deficiencias estructurales que hemos venido arrastrando durante décadas. Principalmente y de manera vergonzosa somos testigos de un pobre e insuficiente sistema de salud pública. Asimismo, todavía no tenemos una idea clara de cuál será el impacto de la pandemia sobre el sistema educativo. Si bien, los profesores mexicanos realizan un esfuerzo muy loable en estos días, las deficiencias del improvisado diseño de educación a distancia seguramente se reflejarán en una caída muy acentuada en la calidad del aprendizaje, especialmente en los segmentos de educación básica. Salud y educación son claros objetivos prioritarios que atender de manera inmediata para no volver a sufrir las consecuencias de una improvisación forzada.

Pero también ha habido aciertos significativos. Menciono tres que me parecen relevantes. El primero se refiere a la gran competitividad que ha logrado la industria exportadora manufacturera mexicana, a tal grado que, aprovechando la reactivación del consumo en Estados Unidos, ha logrado remontar las caídas del segundo trimestre y, con ello, apoyar firmemente la recuperación en México. Sin este esfuerzo las consecuencias de la crisis en México habrían sido realmente mucho mayores. Lograr este competitivo segmento industrial en nuestro país ha sido una labor de varias décadas desde la apertura comercial de mediados de los ochenta, seguir fortaleciéndolo también es una prioridad.

El segundo acierto que me parece de singular reconocimiento es el esfuerzo por mantener la estabilidad macroeconómica. La baja inflación apoya mayor bienestar, para ello, consolidar la autonomía del Banco de México, mantener la disciplina en las finanzas públicas y, en general, un manejo responsable de la política económica ha rendido positivos frutos.

Finalmente, más allá de concepciones ideológicas o partidistas, considero que el fortalecimiento de la ayuda a los segmentos económicamente menos favorecidos a través de diversos programas sociales ha sido un enorme bálsamo para paliar el sufrimiento de más de 10 millones de personas que perdieron su empleo durante la pandemia. Feliz 2021.

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