Julian Assange podría llegar a México

DESDE EUROPA

Héctor Badillo. Foto: La Razón de México

Tras la negativa del Reino Unido de extraditar a Julian Assange a Estados Unidos por temas de salud, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ofreció ayudar al fundador de WikiLeaks y ordenó al secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, hacer los trámites que permitan ofrecer asilo político al activista Julian Assange, lo que pondría fin a una persecución de más de 11 años.

La vida del activista australiano cambió radicalmente en 2006, cuando apareció una bomba informativa que nadie imaginaba que podría ocurrir: un portal en internet para filtrar millones de informes y documentos de interés público manteniendo el anonimato de las fuentes, con el propósito de revelar actos de abuso de poder, corrupción y actividades ilícitas de gobiernos, empresas e instituciones.

A partir de 2007, la actividad de WikiLeaks comenzó a crecer exponencialmente y se volvió una plataforma incomodada sobre todo para el poderoso gobierno de Estados Unidos tras las revelaciones sobre las guerras de Irak y Afganistán. Lo más difundido fue un video sobre una masacre ocurrida en 2010, cuando el ejército estadounidense disparó a un grupo de civiles y periodistas en Irak, lo que motivó que comenzara una cacería en contra del responsable de WikiLeaks, Julian Assange. El gobierno estadounidense inició un proceso en contra del australiano por espionaje, intrusión informática y traición, cuya persecución hasta la fecha no ha cesado.

Mientras Assange residía en Suecia, a finales de 2010, fue acusado de una presunta violación a la activista Anna Ardin y de haber acosado sexualmente a Sofia Wilen. En medio de esas investigaciones el activista tuvo que escapar a Inglaterra en donde fue liberado por falta de pruebas, hasta que a principios de 2011 un juez inglés solicitó la extradición del informático a Suecia con una alta probabilidad de que sería enviado a un juzgado en Estados Unidos. Ante este panorama, el también periodista se refugió en 2012 en la embajada de Ecuador en Londres, en donde permaneció seis años encerrado hasta que el 11 de abril de 2019, fue arrestado por las autoridades británicas una vez que el gobierno de Ecuador le retiró el asilo político.

Desde que está en manos de las autoridades londinenses, el gobierno de Estados Unidos no ha desistido en su extradición para ser juzgado por espionaje, con una posible pena de más de 100 años de cárcel. Hace unos días, la jueza Vanessa Baraitser rechazó la petición de extradición de Assange a Estados Unidos por su actual estado de salud y el inminente riesgo de cometer un suicidio para evitar ser procesado en Estados Unidos.

Con un futuro aún incierto y ante la exigencia de periodistas y activistas para su liberación, el gobierno de México fue el único país que ofreció a Reino Unido la posibilidad de darle asilo político a Julian Assange para que obtenga su libertad y sea resguardo por las autoridades mexicanas. Desde la presidencia López Obrador ha demostrado su interés por resguardar los derechos humanos y ayudar al informático que lleva años atrapado en un limbo ante la cacería incesante de los Estados Unidos y las leyes internacionales que le han quitado la esperanza. Assange luce fatigado, más viejo de lo que dicta su edad actual, se ha mantenido durante años en un aislamiento forzado, como el que ahora toda la sociedad ha sufrido durante casi un año por la pandemia. Ojalá que la posición de asilo político de México sea el salvavidas para este hombre que ha dado su vida por defender el derecho a informar a la sociedad y revelar los abusos que gobiernos cometen a diario en todo el mundo.

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