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SOBRE LA MARCHA

Carlos Urdiales larazondemexico

Con pandemia a tope en el Valle de México, restauranteros se rebelan al grito de #Abriromorir tras diez meses de operar con restricciones que comprometen su supervivencia. Argumentos mercantiles les sobran.

Horarios y aforos restringidos y selectivos. Inequidad en la aplicación y severidad de restricciones. Puestos callejeros repletos versus restaurantes vacíos. Por eso insisten en pasarse el alto.

Es que el rojo no aplasta igual. En términos sanitarios otros focos de contagio permanecen intactos. O peor. El transporte público de mal en peor con la caída de seis líneas del Metro. Centros turísticos con licencias que hoy se pagan con saturación hospitalaria.

El gobierno chilango argumenta que, sin cubrebocas, los contagios se potencializan. Cacerolazos que presagian una cuesta de enero pandémica y económica muy pero muy larga. Y cruel.

Excepto en Palacio Nacional donde casos y muertes pasan de largo ante el insoportable desdén oficial por el accesorio sanitario transformado en símbolo ideológico.

Con dosis extra de insolencia, el secretario de Salud Jorge Alcocer prepara un protocolo sanitario a la medida del Presidente López Obrador luego de confirmarse que su vocero, Jesús Ramírez Cuevas, resultará positivo a Covid-19.

Los lineamientos generales de salud indican que, en caso de tener contacto con un caso confirmado, la persona deberá aislarse para observar si presenta algún síntoma y ante sospecha, someterse a una prueba PCR. No será el caso. Son, como lo presume la 4T, diferentes. Fuerza moral, no de contagio. ¿Será?

Buzón. Comparto el correo que Don Arturo Selinger, juicioso lector, nos hace llegar:

“No entiendo cómo es posible que el Gobierno de la Ciudad de México en el momento actual de la pandemia, con semáforo en rojo y solicitando a la gente que no salga de casa obligue a la población más vulnerable, adultos mayores de escasos recursos, a acudir a las oficinas centrales de la Tesorería de la CdMx, ya que el resto de sus oficinas permanecen cerradas, a tramitar su apoyo para obtener el descuento de su impuesto predial.

Si dicha ayuda ya se encuentra autorizada, ¿por qué no simplemente imprimir las boletas con este tipo de apoyo con el mismo descuento que se aplicó el año pasado y así evitar tener que ir a formarse en filas interminables, durante horas en una de las colonias con mayor índice de contagios, la colonia Doctores, donde, desde el año pasado se colocaban letreros a la entrada de ella diciendo que uno entraba bajo su propio riesgo debido a que es una colonia con un alto índice de contagios.

Me pareció increíble ver cómo la boleta de 2021 llega sin tomar en cuenta dicha ayuda a quien más lo necesita y solicitar el pago total sin ningún tipo de consideración más que el descuento que se ofrece a todos por pagar de manera anticipada durante enero y febrero.

Quiero pensar que la Jefa de Gobierno no está enterada de semejante arbitrariedad y ojalá corrigiera esta situación emitiendo de nueva cuenta las boletas correspondientes corregidas. ¡Por humanidad y congruencia!”.

También nosotros Don Arturo.

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