Nos cuentan que en esta semana se espera la visita a Palacio Nacional —discreta, sin aspavientos— de Alfonso Romo para reunirse con el Presidente Andrés Manuel López Obrador a fin de seguir apoyando la gestión gubernamental en asuntos empresariales nacionales e internacionales, ya sin el cargo en el gabinete, pero con sendos asuntos que resolver, sobre todo en materia energética donde se avizoran nubarrones en la relación con el nuevo gobierno de Joe Biden.
Si bien es cierto que los asuntos internacionales que antes pasaban por la ya desaparecida Oficina de la Presidencia ahora se concentran en la subsecretaría de Asuntos Multilaterales, a cargo de Martha Delgado en la SRE, como será el cumplimiento del Acuerdo de París, el empresario regiomontano tiene en el radar los problemas que se avecinan a México por la inclinación oficial hacia las energías fósiles y la reconcentración en el Gobierno federal de las entidades autónomas —como la Comisión Reguladora de Energía, la Comisión Federal de Competencia Económica y el Instituto Federal de Telecomunicaciones—, cuya independencia está consagrada dentro del T-MEC.
Y quizá no sea tanto por un auténtico espíritu ambientalista de la administración demócrata que arriba en unos días a la Casa Blanca, pero sí claramente comercial: por ejemplo, la CFE, de Manuel Bartlett, en sus plantas termoeléctricas de La Paz y Punta Prieta configuradas para usar gas natural (importado de EU), se sabe que hoy utilizan el combustóleo, mismo que se produce en grandes volúmenes en las refinerías de Salamanca, Minatitlán y Salina Cruz (hasta 30% del total refinado), combustible altamente contaminante y que desplaza la proveeduría estadounidense.
Y esto es sólo uno de los muchos problemas que, ya fuera del gabinete, buscará resolver Alfonso Romo cuando el Presidente está muy contrariado por la derrota política de su amigo Donald Trump.
MRO Sureste, a volar. Pues que todo ya está listo para que el viernes 15 de enero la todavía SCT, de Jorge Arganis, y Capufe, de Elsa Julita Veites Arévalo, cancelen, declaren desierta la asignación de las obras de mantenimiento, reparación y operación de carreteras en el sureste, en los estados de Veracruz, Tabasco, Campeche y Chiapas. Esto, según la expectativa de Veites Arévalo y su directora de Finanzas, María Guadalupe Cano Herrera, para que Capufe se haga cargo de ese proyecto valuado en unos 5 mil millones de pesos…, aunque no tiene plata para ello y menos para los otros 4 MRO’s que requieren unos 30 mil millones para rehabilitar las autopistas propiedad federal.
UNOPS, oootro diferimiento. Pues la apertura de ofertas económicas para la mega compra de medicamentos y material se pospuso —nuevamente— del 18 de enero al primero de febrero próximo, informó el organismo de Naciones Unidas, cargo que aquí representa Fernando Cotrim. Ese proceso originalmente se planeó ejecutar en la segunda quincena de octubre de 2020, supuestamente para empezar a suministrar medicinas e insumos a 70 instituciones públicas en marzo de este año… así que agregue unos meses más a la capacidad de suministro. Y si se considera lo que los expertos catalogan como “desconexión regulatoria” en que Cofepris, de José Alonso Novelo, no procesa rápidamente los registros sanitarios ni siquiera a los laboratorios internacionales que presuntamente destruirán la corrupción de los laboratorios nacionales, la situación se torna aún más preocupante.
Línea 1-2-3 primeras pruebas. Ayer el equipo de Florencia Serranía inició pruebas para rehabilitar la operación de las tres primeras líneas del Metro de la CDMX, esas que trasladan al 60% de los viajeros en el tren capitalino. Dado que se requerirán nuevos (y costosos) transformadores, una de las ideas iniciales es operar al 30% de la capacidad para evitar una sobrecarga de electricidad directa, mantener los trenes separados tres estaciones y realizar el control a través de bandas privadas de walking talking en lo que se reconstruye el centro de control. Veremos, por qué el incendio fue producto de un abrumador abandono técnico y económico.